Editorial
Contratos indefinidos y despidos programados
Los contratos indefinidos son papel mojado cuando más de la mitad de los que se firman apenas llegan al año de duración
Al alza durante los últimos ejercicios, la cifra récord de empleados, por encima ya de los veintidós millones, no es más que el disfraz numérico de una precariedad laboral que contrasta con el triunfalismo obrerista de Yolanda Díaz. El pasado 30 de junio, 198.548 trabajadores fueron despedidos ... , en esta ocasión como consecuencia del fin de curso escolar, fenómeno que se repite de forma cíclica y por diversos motivos –el 31 de agosto los despidos masivos coinciden con el fin de la temporada alta turística– para conformar un panorama de extrema temporalidad. Los contratos indefinidos son papel mojado cuando más de la mitad de los que se firman apenas llegan al año de duración. Desde enero, más de tres millones de trabajadores se han incorporado de forma 'indefinida' a un puesto del que son expulsados de forma sistemática y en función de la estacionalidad de nuestra economía. Las cifras no engañan, salvo a quien, como Yolanda Díaz y sus sindicatos de clase, las leen a conveniencia de parte.
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