EL BATALLÓN
Entre el «¡ole tú!» y el Turronero
Más que haciendo encuestas, Tezanos hoy destaca por sus análisis sociológicos en la revista 'Temas', tan próximos en hondura a los del Profesor Cojonciano en 'El Jueves'
'Hércules resopla' (29/6/2023)
Sánchez en 'Sálvame' (22/6/2023)
De entre toda la quincalla promocional con la que hemos llegado a la campaña electoral que este viernes comienza, pocos episodios tan ridículos como las charlas que Sánchez mantiene con algunos de sus ministros a través del plasma, imagen en circuito cerrado desde la ... sede del PSOE, y con miembros de su Gobierno y del partido aplaudiendo a rabiar en primera fila. Ni aquello de los jubiletas de la petanca... que resultaron ser militantes socialistas de Coslada. Da vergüenza ajena ese festival de loas jabonosamente perfumadas que presidente y ministros se escopetean en las charlas, que recuerdan a aquellas folclóricas que se intercambiaban elogios en la tele para distinguir el talento y pellizco de la otra, mientras se recibía la lisonja de ésta en un interminable peloteo lleno de «¡ole tú!», «no, !ole tú!», «que no, que no, que ¡ole tú!»... El marketing político ha sufrido un retroceso que conceptualmente tiene un muy mal encaje en la era digital. Claro que ese retorno a fórmulas pasadas se deba quizá a la mala experiencia del Gobierno con los nuevos formatos de comunicación, donde además de aquellas ‘charlas-fake’ de Sánchez con el pueblo llano (que resultaban ser meros actores de un cuento), aún se recuerda como paradigma del ridículo el TikTok de Chiqui Montero diciendo que iba al Congreso a presentar los Presupuestos, acompañando el mensaje de un frenético movimiento de manos calcado al de cualquier reportero de ‘España directo’ presentando a un señor que borda las croquetas de la abuela en un chiringuito de playa.
Y en ese retorno al pasado y a la fórmula del «¡ole tú!» cuenta el sanchismo con el impagable Tezanos, entregado a la adoración del líder sin alipori ni sonrojo, dispuesto a hacer trizas su prestigio (si es que alguna vez lo tuvo) como sociólogo demoscópico. Hoy por hoy, más que su esperpéntica labor al frente de los fogones del CIS, destacan sus análisis en la revista ‘Temas’, tan próximos en hondura a los del profesor Cojonciano en ‘El Jueves’.
Quince días tiene Sánchez para ir afinando ese intento de don de la ubicuidad al que se ha lanzado desde aquel mal amanecer del 29 de mayo tras el soponcio de la noche triste del 28. Poco ha escalado desde entonces, según las encuestas, pese a esa omnipresencia y el autopanegérico catódico, herciano y plasmario que ha decidido emprender. Por tanto, ha llegado el momento de que Sánchez dé un golpe encima de la mesa y copie la estrategia de José Luis López, el Turronero, el empresario andaluz con nombre de cantaor gaditano que el otro día convidó a 3.500 personas a su cumpleaños en Sevilla (almuerzo, merienda, cena, fiesta y recena hasta las seis de la mañana del día siguiente). En realidad, puede que ya lo esté haciendo cada martes en el Consejo de Ministros, con ese descarado gastadero caza-votos, con la diferencia de que esta ‘fiesta’ del sanchismo la pagamos todos. Así que menos Tezanos, menos Zapatero y más Turronero.