LA ALBERCA
De Quintero a Broncano
La tele ha pasado del manejo magistral de los silencios al uso indiscriminado del ruido, como la política
Limpiarse el cupo en las cortinas
Acción valor gol
El ignorante suele creer que todo lo oculto es de culto. Sobrevalora la clandestinidad. Broncano ha vivido de eso. De hacer un programa 'underground' en una plataforma de pago. De ser inaccesible. Pero ahora tiene un marrón. Es público y universal, como la sanidad. ... Y cualquiera que tenga un poquito de calle sabe que la sobreexposición mata. Sólo los genios pueden sobrevivir en los escaparates. Broncano ha entrado del tirón en la cima de las audiencias, pero necesitaremos poco tiempo para confirmar que vivía mejor ante las minorías y que vocaliza igual que Ozores, pero sin querer. Es un extraordinario bullanguero, un máquina de la escandalera. Tiene ritmo gritando. Y está rodeado de unos magníficos colaboradores desconocidos, aficionados también al follón, que tienen muchas ocurrencias, todas aburridas, pero muy originales. Es la moda. Gente tosca haciendo el ganso que se nos presenta como la crema de la intelectualidad gafapasta. Estrellas de la televisión que hablan con una papa en la boca y piensan con un melón en la cabeza. Es decir, pregoneros de mensajes simplistas, elaborados en el microondas político, que se dirigen a una masa lanar para anestesiarla con argumentos del rastrillo. TVE quitó los anuncios comerciales y los ha acabado sustituyendo por la propaganda. Nosotros pagamos la campaña. Nos tragamos sin rechistar el pan y circo del 'Grand Prix', la gran batalla pueblerina de la España cañí, y 'La revuelta', el no va más de la crisis creativa.
La tele de Broncano es la antípoda de la de Jesús Quintero, que en su despedida de 'Ratones coloraos', su última aventura en la pantalla, hizo esta profecía contra los nuevos analfabetos: «La ignorancia siempre se había percibido como una vergüenza. Los analfabetos de hoy son los peores porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen. Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos. La televisión cada vez se hace más a su medida. El mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría. Es socialmente la nueva clase dominante aunque siempre será la clase dominada precisamente por su analfabetismo». El evangelio. Pero, claro, meter a Quintero en esto es como citar a Paco de Lucía mientras se habla de Manitas de Plata. La tele ha pasado del manejo magistral de los silencios al uso indiscriminado del ruido, como la política. Y la clase dominada es víctima y culpable al mismo tiempo de lo que Umbral llamaba televisión fecal, que nos persuade de que lo bueno es de minorías, es decir, de que lo vulgar es de mayorías.
El loco Quintero le preguntó una vez a su madre, que era de Moguer, que si se tocaban algo con Juan Ramón Jiménez. Y ella le contestó: «Tú has salido más a Platero». Hoy podemos confirmar que era un piropo. Yo no digo que el programa de Broncano no valga 14 millones, sólo digo que se ha equivocado saliendo del 'underground' porque ante la minoría podía venderse como bueno, pero la mayoría es muy cruel para los que no valen un duro.
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