Suscribete a
ABC Premium

lente de aumento

Una Vuelta a lo peor de nosotros

La condena de la brutalidad israelí contra la población gazatí parece otra vez, como siempre, una operación de blanqueo del terrorismo

Zapatero, vocero de tiranos

Una opa al fuego

Agustín Pery

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Lo tengo grabado. Como una hiedra de rabia enredada en la garganta. Un nudo de incomprensión que no se ha deshecho con los años. La certeza de que ese día, ese maldito 11 de marzo de 2004, fue la primera vez que sentí que este país ... , el mío, era una mierda. Claro que no por las bombas, los trenes reventados, los cuerpos despedazados en los vagones aquella terrible mañana en el Madrid que se desperezaba camino del curro. Fue por los cabestros que, sin asomo de piedad ni dignidad, prefirieron señalar con el dedo a su propio país antes que mirar de frente a los asesinos. Esa forma miserable de insinuar que la culpa no era de unos fanáticos islamistas dementes, sino el estipendio sangriento de nuestra relación con Estados Unidos. Como si los muertos se los hubiera buscado España por su política exterior. Como si los inocentes merecieran ese final por un pecado geopolítico.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia