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Los 377 que faltan

Las víctimas merecen un esfuerzo para resolver los crímenes etarras sin juzgar porque, aunque no consigan el castigo penal de los terroristas, la historia puede poner sus nombres y apellidos en la lista de la infamia. España se lo debe

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El tiempo pasa de forma inexorable y hace más difícil cada año el esclarecimiento de los 377 asesinatos cometidos por ETA aún sin juzgar. En España, no prescriben los asesinatos terroristas cometidos desde 2010. Los anteriores, sí, a los treinta años de su comisión. El ... goteo de impunidades es constante y se produce ante la impotencia de sus víctimas y de las asociaciones de víctimas. Es cierto que la ley no hace milagros, no produce las pruebas que faltan, ni pone nombre a los autores de crímenes todavía anónimos. También es cierto que las víctimas no desfallecen y que cuentan con el apoyo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para buscar el más mínimo indicio que permita reabrir un caso, procesar al autor y sentarlo en el banquillo de los acusados. Pero no es solo un problema de los policías, los fiscales y los jueces, ni una tragedia emocional que solo afecta a las víctimas. La impunidad de cientos de asesinatos es también un problema para España, como Estado de derecho y como democracia que está, ahora mismo, día tras día, viendo acercamientos y excarcelaciones de asesinos terroristas que no han pedido un perdón de verdad a las víctimas y que no han colaborado en lo más mínimo con la Audiencia Nacional para arrojar luz sobre crímenes impunes.

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