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Hermann Tertsch

La capitulación como ofensa

Hermann Tertsch

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Hace décadas que la derecha entregó la educación a los nacionalismos, en la ridícula suposición de que podría vivir al margen de la peste ideológica

NO ha hecho falta esperar a que llegara al poder el Frente Popular. Cuando llegue -lo que vista la energía ... y convicción de sus adversarios será pronto- ya permitirá que cada región hasta ahora española se dedique a la fabulación de toda una nueva leyenda mágica como pasado propio. Y haga desaparecer los molestos rastros de la milenaria historia de la nación española. Pero de momento, sin tener el poder central, las fuerzas izquierdistas y separatistas no dejan de avanzar y conquistar posiciones fundamentales en la batalla de las ideas y en su ofensiva por consumar la reescritura falsificadora de la historia. Ahora han logrado otro paso capital: que las fuerzas que se pretendían defensoras de la Constitución, de la Nación española y su legado histórico abdiquen definitivamente de su compromiso en la lucha ideológica por las mentes y los corazones de las generaciones jóvenes. El Gobierno renuncia a todo intento de unificación de criterios y contenidos en la educación de los niños y jóvenes españoles. Y asiste al desacato generalizado de las autonomías en materia de educación con la misma pasividad que a la desobediencia sistemática y el desprecio al Estado de unas instituciones que su política -mejor dicho, su falta de política- y la complicidad socialista han dejado en manos de comunistas y ultras separatistas.

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