Según el estudio, hasta cierto umbral de desarrollo económico existe una relación muy directa entre la economía y la demanda de movilidad. «Pero su sostenibilidad depende de la política de transporte. Y para conseguirlo, es necesario electrificar al máximo el transporte terrestre , siendo el ferrocarril una fuente de ahorro energético respecto a la carretera», aseguran los autores del texto.
El ferrocarril, por sus características energéticas, de capacidad y de seguridad, constituye un elemento imprescindible para mejorar la situación ambiental y social del transporte, que en la actualidad depende en exceso de la carretera y de los combustibles fósiles para el transporte de viajeros (en coche) y de mercancías (en camión).
Las redes ferroviarias europeas más importantes, defienden las organizaciones, se caracterizan por un amplio nivel de servicio de cercanías y regionales , así como por las líneas adaptadas a velocidad alta (hasta 220 km/h) para viajeros y mercancías, y por promocionar todos los transportes de manera simultánea.
«Contra la opinión generalizada de que solo la alta velocidad puede captar más mercado para el ferrocarril, existe un amplio abanico de mejoras que permitirían incrementar la demanda utilizando también la red ferroviaria general: la adecuación a la demanda real, el incremento de frecuencias , la intermodalidad , la rapidez competitiva o las tarifas» .
El tren, motor económico y social en 2020
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