El «número tres» de Podemos colabora con la universidad de la Iglesia en Madrid

Lo cierto es que Monedero también es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense (UCM), «cuna» de las organizaciones estudiantiles más radicales del campus universitario madrileño. Su «colaboración» con Comillas, la Universidad de la Iglesia, es como conferenciante en el máster de Cooperación Internacional al Desarrollo que organiza el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones, uno de los centros de investigación interfacultativos de dicha institución universitaria.

Esta contribución del profesor Monedero se inició en el curso 2008/2009 «cuando todavía no había surgido el grupo político Podemos e, incluso, con anterioridad al 15-M», apuntan fuentes de Comillas. Los alumnos pagan por este máster 4.965 euros: 1.744,20 por matrícula y gastos de secretaría y , el resto, en ocho mensualidades de 402,60 euros cada una.

Monedero imparte ocho horas de conferencias, repartidas en dos sesiones de cuatro horas cada una a lo largo del curso y dentro del módulo II que se refiere a Aspectos Sociológicos, Políticos y Antropológicos del Desarrollo. «Aunque esa temática poco tenga que ver con la ideología o las creencias religiosas, resulta poco coherente que alguien con el perfil de Juan Carlos Monedero cobre un solo euro de una institución superior de la Iglesia», han comentado a ABC desde distintos ámbitos docentes.

Desde la Universidad Pontificia Comillas precisan que «en su condición de conferenciante, no de profesor», el señor Monedero «es ajeno al claustro docente de la universidad» y que su colaboración «se valora por su competencia académica. Al igual que todos los que imparten enseñanza en esta universidad, su labor se somete periódicamente a la evaluación por parte de los alumnos, y los resultados de las encuestas sobre su trabajo siempre han sido positivas».

Para los responsables de Comillas ICAI-ICADE, la presencia de Juan Carlos Monedero en las aulas «no guarda relación alguna con su ideología». A él, como al resto de profesionales que ejercen funciones formativas, sí se les exige «respeto al ideario y al proyecto educativo» de la institución, «condición indispensable que se ha cumplido plenamente hasta la fecha», aseguran las mismas fuentes de esta Universidad.