Ganar para limpiar su biografía

Para el politólogo Humberto Dantas, Lula ha llegado a la elección de 2022 como gran favorito y con el deseo de limpiar su biografía, manchada por los escándalos de corrupción investigados en sus dos Gobiernos anteriores, de 2003 a 2010. Para eso, un mandato le basta.

Lula fue juzgado por liderar una trama de corrupción que salpicaba a grandes empresas brasileñas, condenado, y más tarde absuelto por la Corte Suprema, por pruebas que mostraron conversaciones y acuerdos entre el juez Sergio Moro y los fiscales de acusación. La práctica ilegal a nivel judicial confirmaba una estrategia de defensa sobre una persecución legal para evitar su candidatura en la elección de 2018, cuando también era favorito.

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«El gran motivo de resentimiento contra el PT fue la Lava Jato. La operación ha muerto en términos simbólicos», explica la catedrática Esther Solano. Para ella, Lula se fortalece sobre la ineficiencia de Bolsonaro en la economía y ante un país empobrecido. «Lula es el legado de la economía, del salario mínimo fuerte, de la Bolsa Familia, de un estado que sustentaba económicamente las familias», dice sobre un recuerdo reciente en la memoria de los brasileños.

Solano también reconoce en el petista el gran negociador, articulador de alianzas. Político hábil, nacido como líder en las mesas de negociación de los sindicatos de la industria automotriz paulista, Lula ha reunido apoyos impensables en esta elección, comenzando por su vicepresidente, Geraldo Alckmin, un conservador, que fue su principal oponente en la elección de 2006.