Suecia y Dinamarca estudian la prohibición de las quemas del Corán sin atentar contra la libertad de expresión
Las acciones de este tipo han llevado a los países nórdicos a una crisis diplomática y a sufrir la hostilidad de buena parte del mundo musulmán
Hoy dos activistas han quemado un ejemplar del Corán durante una manifestación autorizada por la Policía sueca ante el Parlamento de Estocolmo
Varios ultranacionalistas queman un ejemplar del Corán frente a la Embajada de Irak en Copenhague
Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónDespués de protestas masivas en el mundo islámico, Dinamarca está considerando restringir legalmente las manifestaciones que incluyen quemas del Corán. Se trata de un paso importante para un país en el que la libertad de expresión se considera uno de los valores vertebrales de ... su legislación, pero la preocupación por la seguridad ha llevado a Copenhague a dar este paso.
«El gobierno danés está considerando restringir el derecho de reunión para evitar protestas con la quema del Corán en el futuro bajo ciertas condiciones», ha anunciado el Ministerio de Exteriores, en los casos en los que «otros países, culturas y religiones sean ofendidos». «Este tipo de protestas pueden tener consecuencias negativas significativas para Dinamarca, sobre todo en términos de seguridad«, alega el comunicado, que anuncia las «exploraciones» sobre la manera de poner coto a dichas manifestaciones y que también anota que «por supuesto, esto se hará en el marco de la libertad de expresión constitucionalmente protegida».
«El derecho a la libertad de expresión también contempla la crítica a otras religiones, pero quemar un Corán o la Torá ante una embajada extranjera no puede entenderse de otra manera que una burla», ha comentado en las redes sociales el ministro danés de Exteriores Lars Lokke Rasmussen. En una acción coordinada, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, también ha reconocido que está «en estrecho contacto» con su homóloga danesa, Mette Frederiksen, para emprender acciones conjuntas contra las quemas del Corán. «Nos enfrentamos a la situación de seguridad más grave desde la Segunda Guerra Mundial, y hay ciertos actores, sean Estados o individuos, dispuestos a aprovecharse de ello», ha justificado la medida, «estoy extremadamente preocupado por lo que pueda ocurrir. El propio Kristersson alertó hace nos días sobre la situación de alto riesgo, ante las nuevas llamadas a profanar el libro sagrado musulmán anunciadas para esta semana.
La crisis del Corán se extiende a Dinamarca
Rosalía SánchezEl presidente del parlamento árabe, Adel Al Asumi, ha llamado a «los pueblos árabes e islámicos» a iniciar un «boicot» contra el país nórdico
Las acciones de este tipo llevadas a cabo por un refugiado iraquí acogido por Suecia desde 2019 y por el sueco-danés neonazi Rasmus Paludan, han llevado a los países nórdicos a una crisis diplomática y a sufrir la hostilidad de buena parte del mundo musulmán, en coincidencia con la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN y en medio de las tensiones causadas por la invasión rusa de Ucrania. Hoy al mediodía, los activistas Salwan Momika y Salwan Najem han quemado un ejemplar del Corán durante una manifestación autorizada por la Policía sueca ante el Parlamento de Estocolmo
En Bagdad, la embajada sueca fue recientemente incendiada y su personal diplomático ha debido abandonar Irak. En Irán, Líbano y Argelia se han producido también violentas manifestaciones de protesta. Arabia Saudí, el país que alberga los lugares más sagrados para los más de 1.300 millones de musulmanes del planeta, ha expresado su «fuerte» condena y ha denunciado a los gobiernos nórdicos de permitir «una provocación sistemática contra los sentimientos de millones de musulmanes en todo el mundo». Qatar, con importantes inversiones en Europa, se ha quejado también por «la falta de las autoridades para detener estas prácticas.
La Organización de Cooperación Islámica (OCI), compuesta por 57 estados, ha anunciado »consecuencias del vil acto de profanación» y el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), integrado por seis países, se ha referido a las quemas del Corán como «una prueba de rencor, odio y extremismo». Incluso Israel ha presentado una queja diplomática formal y, este fin de semana, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, ha llamado por teléfono a su homólogo danés Lars Lokke Rasmussen para alertar sobre las inminentes consecuencias de los ataques «abominables y persistentes» contra el Corán.
Rasmussen se precipitó a declarar que «Turquía y Dinamarca están cerca como aliados» y que «es importante que estos actos no se conviertan en una excusa para llevar a la división», pero las declaraciones no parecen calmar la zozobra religiosa causada en el mundo musulmán y los servicios de seguridad de los países nórdicos temen que se pueda traducir en ataques terroristas en sus territorios y sospechan la presencia de los intereses rusos detrás de la polémica. El arzobispo de la Iglesia Ortodoxa de Finlandia, Leo, condenó el viernes en un comunicado que los organismos judiciales suecos estén permitiendo la quema del libro sagrado musulmán: «Como líder de la Iglesia Cristiana Oriental, no puedo aceptar tal interpretación de la libertad de expresión: cuando se quema un libro sagrado de una comunidad religiosa es mucho más que papel lo que arde en llamas, es un elemento central de la identidad y de las esperanzas de muchas personas y se destruyen los puntos de partida del respeto mutuo y la confianza».
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