Rusia se ve obligada a elevar la edad de reclutamiento para aumentar los efectivos de su Ejército
El país ya había recurrido a reservistas y aspiran a movilizar a más de nueve millones de jóvenes
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El presidente ruso, Vladímir Putin
Este martes, la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento ruso) aprobó en tercera y definitiva lectura las enmiendas a una ley para elevar la edad máxima de reclutamiento obligatorio para el servicio militar de un año en el Ejército desde los 27 a ... los 30 años. Ello supone que podrán ser alistados todos los varones de entre 18 y 30 años a partir del 1 de enero de 2024.
Se trata de la mayor reforma militar tras la desintegración de la Unión Soviética y parece pretender la reposición de las tropas rusas en un momento en el que sufren serias bajas en el frente ucraniano con la ofensiva prácticamente en punto muerto. La idea sería trasladar para luchar en Ucrania a guarniciones profesionales desperdigadas por toda Rusia y suplirlas por soldados de reemplazo a fin de que esas zonas no queden desprotegidas ante un hipotético ataque desde el exterior. De ahí la urgente necesidad de aumentar el número de reclutas.
Inicialmente, se había previsto subir tanto el límite inferior como el superior de la edad de incorporación a filas, pero, según el texto del documento adoptado, los límites de edad simplemente se amplían. El presidente del Comité parlamentario de Defensa de la Duma, Andréi Kartapólov, habló al principio de un periodo de transición, durante el que el cambio de los topes serías gradual, pero después se anunció que se había decidido cambiar de golpe la edad de alistamiento.
Esta nueva norma hará que puedan ser reclutados muchos más rusos. La ampliación de la frontera de edad entre los 18 y los 30 años, según Kartapólov, hará que puedan ser incorporados al Ejército dos millones de rusos más que con el anterior rango de entre los 18 y los 27 años. Entrarán a filas en total más de nueve millones de jóvenes, sostiene el investigador del Instituto de Política Económica Gaidar, Ígor Efrémov, en declaraciones a Moscow Times.
De acuerdo con el censo, a principios de 2023 había en Rusia 6,5 millones de varones entre los 21 y 29 años. Bajando la edad mínima a 18 y la máxima a 30, se obtiene esos más de nueve millones en total. Según Efrémov, en 2025 serán movilizados 9,13 millones de reclutas, en 2026 la cifra será de 9,16 millones, en 2027 ascenderá a 9,28 millones y para 2030 se situará casi 10 millones.
Se trata así de lograr, según Kartapólov, el número suficiente de reclutas para «una gran movilización». Para el reclutamiento de primavera de este año fueron convocadas 147.000 personas, y con el fin de «estabilizar esa cifra y tener a quien seleccionar, para eso estamos ampliando los límites correspondientes», explicó el legislador.
Al mismo tiempo, la Cámara Baja ha introducido enmiendas a la ley de citaciones electrónicas adoptadas en abril. Según el borrador, que ya ha sido aprobado en segunda lectura, los ciudadanos seleccionados por la oficina de alistamiento, los comisariados militares, y que hayan recibido ya la citación no podrán a partir de ese momento salir del país.
Se han elevado además las multas para quienes no acudan de inmediato a los comisariados militares, de 3.000 rublos a 30.000 rublos (de 30 euros a 300). Las empresas que no faciliten datos de los empleados susceptibles de ser movilizados también podrán ser sancionadas con multas de hasta 500.000 rublos (unos 5.000 euros). Anteriormente las citaciones debían entregarse en persona al movilizado, lo que permitió que muchas personas pudieran eludir la primera oleada de movilización, cambiando de domicilio o saliendo al extranjero.
En un intento baldío de tranquilizar a la población, Kartapólov dijo el lunes que las nuevas enmiendas a la ley de alistamiento «han sido redactadas pensando en una gran guerra, en una movilización general», algo que las autoridades rusas insisten en asegurar que no es el caso actual, ya que lo que discurre en Ucrania, según las autoridades, es una Operación Militar Especial, no una guerra. Desde el Kremlin también se aseguran que no habrá movilización general y que los que cumplen su servicio militar no serán enviados a Ucrania, a menos que lo deseen de forma expresa.
Sin embargo, el diputado ruso añadió que «ahora huele ya a esa gran guerra», dejando caer que la escalada bélica podría ser mayor. El presidenteVladímir Putin recrimina constantemente a Occidente por suministrar armas a Ucrania, alimentando así, según él, la escalada del conflicto y situando el mundo «en una situación muy peligrosa». Las enmiendas aprobadas ayer en la Duma deberán pasar ahora por el Consejo de la Federación (Cámara Alta), antes de que Putin estampe en ellas su firma.
En abril, el Parlamento ruso ya aprobó de urgencia una ley para facilitar la movilización a base de enviar las citaciones a los lugares de trabajo y por vía digital, complicando además la vida a quienes traten de escabullirse, privándoles de la posibilidad de trabajar por cuenta ajena, recibir créditos o disponer de su vivienda, vehículo y hasta de la tarjeta sim de su teléfono.
Putin decretó la «movilización parcial» de reservistas el 21 de septiembre del año pasado con el objetivo declarado, según el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, de reclutar 300.000 efectivos, tarea que, según él, se completó poco más de un mes después. Entonces, Shoigú le aseguró al jefe del Kremlin que «no se prevén acciones adicionales. Los comisariados militares, en el marco de la operación militar especial, seguirán reclutando tropas, pero sólo aceptando voluntarios o candidatos que hayan cumplido el servicio militar bajo contrato».
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