El segundo frente de Ucrania

Al final, sin necesidad de colisionar con la OTAN, el segundo frente se ha materializado como un capítulo más del conflicto iniciado desde la creación del Estado de Israel en 1948. Coincidiendo con el cincuenta aniversario de la traumática guerra de Yom Kippur, el asalto por tierra, mar y aire lanzado por Hamás desde la franja de Gaza tiene el potencial de marcar un antes y después para muchas cosas, también en lo que respecta a la guerra de Ucrania.

El sufrimiento acumulado en las últimas 48 horas, del que solamente hemos visto el comienzo, apunta a un nivel de planificación, coordinación y desvergüenza que requiere tanto tiempo como medios. Una premeditación que no se puede explicar sin el patrocinio de Irán. Un régimen que intenta compensar la contestación doméstica generada por el martirio al que somete a sus mujeres con hacer todo lo posible para que Rusia triunfe. Desde el primer momento, Ucrania ha servido como catalizador para el «eje del muy mal».

Con el ataque contra Israel, para el que el incompetente gobierno de Netanyahu solamente tiene malas opciones, tanto la división de Occidente como una sobredosis de dobles estándares están asegurados para beneficio de Rusia. Irán también conseguirá el descarrilamiento de la normalización entre Israel y sus vecinos, incluida Arabia Saudí. Y como siempre, la causa palestina volverá a ser una gran distracción al servicio de autócratas y una nueva oportunidad para que la izquierda folclórica vuelva a hacer el ridículo más lamentable.