OTSC, la llamada 'OTAN rusa' que Putin puede usar como plataforma para situar misiles nucleares

Al igual que ocurre con la OTAN, la OTSC (CSTO, en inglés) acude con apoyo militar en caso de un ataque externo a uno de sus miembros. Además de Rusia, actualmente la componen Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Algunas de estas repúblicas sacarían partido de una Rusia debilitada para hacer nuevos acuerdos con la UE o China, ya que como dicen 'solo cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta'.

Pero también hay otro escenario, tal como apunta José Ángel López, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas, «lo que puede pasar con la OTSC es muy importante y es algo en lo que no se ha reparado lo suficiente. Y es que la celebración de los referéndum ilegales para integrar Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia dentro de la soberanía de Rusia, y que supone que ante cualquier agresión a estos territorios se puede responder con acciones contundentes. Permite a Putin llamar a los miembros de la OTSC». No solo se trata de las tropas, «no es una cuestión cuantitativa, sino cualitativa, puede movilizar recursos y usar estos países como plataforma de misiles nucleares, igual que ha hecho con Bielorrusia», afirma López.

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El riesgo ya no es solamente cómo puede Moscú distribuir el armamento por las fronteras de los miembros de la OTSC, sino que en caso de lanzamiento de misiles rusos, por ejemplo desde Bielorrusia, la eventual respuesta iría sobre Bielorrusia, no contra Rusia. Para el profesor López es un matiz que puede ser importante. «A esta amenaza se suma Kaliningrado, un enclave incrustado en territorio de la UE y de la OTAN, donde Putin tiene desplegados misiles Iskander, que pueden llevar cabezas nucleares.

Y por último, está el corredor Suwalki, que une Rusia con Kaliningrado, por el que le abriría paso el Gobierno de Bielorrusia. Allí puede coordinar el uso de armamento y movilizar a la OTSC», detalla López. Cabe destacar que un informe de la corporación Rand para la OTAN concluía que, en caso de invasión, al ejército ruso le llevaría solo 60 horas seguir avanzando por Suwalki para hacerse con las capitales de Estonia y Letonia. De todo ello se desprende la importancia de saber más sobre la OTSC.

El profesor de la Universidad Pontificia de Comillas explica que «la OTSC es una institución que inicialmente no surge como una organización internacional al uso. Al principio lo que teníamos era un tratado de seguridad colectiva que aparece tras la disolución del Pacto de Varsovia, y que se firma el 15 de mayo de 1992. Boris Yeltsin se aseguraba así un mercado para las armas y los recursos de Rusia. Posteriormente, en 2002 se convierte en una organización internacional. La finalidad de la OTSC es repelar las amenazas externas a sus miembros, luchar contra el tráfico de drogas procedentes de Afganistán, la delincuencia organizada y combatir la presencia del islamismo radical. Pero López afirma que la influencia rusa en la OTSC ha salvaguardado la permanencia de regímenes autoritarios en sus Estados miembros con líderes que son aliados de Putin.

En virtud de este marco, Rusia ha podido establecer radares, centros de comunicación, software y bases militares en estos países. Y tiene, a su vez, el privilegio de poder vetar la instalación de bases extranjeras en estos territorios. Federico Aznar Fernández- Montesinos, analista del IEEE, destaca en `Movimientos geopolíticos en Asia Central´ que «Rusia controla hoy las bases militares de Baikonur, Sary-Shagan y Balkhash en Kazajistán, la base aérea de Kant en Kirguistán, y la base militar de Dushanbe en Tayikistán». Y se suman las bases militares de Belarús, en Bielorrusia.

La OTSC facilitó la creación de unas fuerzas colectivas de alcance rápido en caso de ataques o insurgencias. Y ha estrechado lazos con la Organización de Cooperación de Shanghái. López recuerda «Incluso se planteó algún tipo de cooperación hace algunos años con la OTAN y con Naciones Unidas». Además, Uzbekistán, Georgia y Azerbaiyán fueron antiguos miembros que terminaron abandonando esta alianza. Aparte de los países fundadores Serbia e Irán son Estados observadores que podrían integrarse en el futuro en la organización.

Pese a que este año se cumple el 30º aniversario de la firma del tratado, los miembros de la OTSC, como indica Diego López Garrido, vicepresidente de la Fundación Alternativas, «están muy incómodos con la situación de Ucrania. De hecho, salvo Bielorrusia que es un país absolutamente subordinado al Kremlin y que votó en contra de condenar la invasión de Ucrania. El resto de los miembros de la OTSC se abstuvieron. Y como se sabe hay abstenciones que valen más que síes. Muestra de esta disensión es un Kazajistán que ha abierto las puertas a los rusos que estos días están huyendo del país».

Como indica el analista del IEEE, «políticamente, no pueden apoyar abiertamente a Rusia en este conflicto por los paralelismos existentes con Ucrania, pero tampoco pueden oponerse, por los lazos políticos y económicos con esta. También hay el temor a nuevas «operaciones especiales» para la protección de los rusos étnicos. No en vano, Kazajistán y Rusia comparten la segunda frontera terrestre más grande del mundo y la parte norte del país alberga una importante comunidad rusa». Los disturbios kazajos a principios del año hicieron evidente que en la OTSC es Rusia quien decide, ya que por primera vez intervinieron con la entrada de tres mil militares rusos para cortar las revueltas. Pese a todo, Rusia está perdiendo influencia en la zona .

Por esta razón, López apunta que para sacudirse la dependencia de Rusia, a los países de la OTSC «les vendría bien un Kremlin distraído por los acontecimientos en Ucrania y las protestas de su población. De modo que pudieran desplegar una política exterior que implicase establecer alianzas con Occidente». Y es que a Putin se le acumulan los problemas. Surgen conflictos entre Tayikistán con Kirguistán, y entre Armenia y Azerbaiyán.

El caso más claro es Kazajistán, con ingentes recursos, que ha iniciado charlas con la UE para presentarse como alternativa al gas ruso, mientras cierra acuerdos con China. El investigador del IEEE afirma que la guerra de Ucrania ha podido alterar los equilibrios en la relación de cooperación/competición que tienen Rusia y China en la región, en favor de la última. También Irán, Turquía o la UE tienen intereses en la zona.

En un panorama complejo como este en el que se trata de conocer cuál será el siguiente movimiento de Putin, el escritor Mark Galeotti en su libro `Tenemos que hablar de Putin´ sostiene que el líder ruso es un yudoca, no un jugador de ajedrez. Establece que «un yudoca se habrá preparado para anticipar los movimientos habituales de un rival..., pero buena parte de la técnica consiste en usar la fuerza del oponente en su contra y aprovechar la oportunidad cuando se le presenta. Como resultado a menudo resulta impredecible, como también lo es el Estado ruso; incluso actúan de manera contradictoria. Muchos éxitos aparentes se acaban convirtiendo a la larga en un lastre por la ausencia de un atento análisis previo. Mientras, se dedica a acosarnos moviéndose en círculos por el ring. Pero se mantiene al acecho a la espera de que cometamos un error que le brinde una oportunidad aparentemente favorable«.

Pese a todo ello, para algunos la situación de Rusia la ilustra la anécdota del 70 cumpleaños de Putin, el 7 de octubre. Los hackers publicaron en la web de la OTSC: «Queremos felicitar a Putin en su `último´ cumpleaños». No obstante, cabe tener siempre presente la máxima «Rusia nunca es tan fuerte ni tan débil como parece».