La lucha por los minerales y el odio de tutsis y hutus avivan la violencia entre Ruanda y Congo

La caída de la ciudad de Minova en la provincia de Kivu Sur, unos días antes, había cortado la única vía de avituallamiento que le quedaba a Goma y dejado a sus habitantes con la única posibilidad de huir a la vecina Ruanda o al lago Kivu.

A partir de ese día, el M-23 ha intensificado su ofensiva para tomar la ciudad y Ruanda ha sumado a sus soldados en territorio congoleño varios miles más para controlar por completo el territorio de Nyiragongo, al norte de la ciudad, y apoyar al M-23. Aunque Goma estaba defendida por el ejército, grupos armados que lo apoyaban, los cascos azules de la Monusco (Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo) y soldados de la fuerza de paz de la Comunidad de África Austral, todo se ha venido abajo en pocas horas.

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En estos momentos siguen los combates en el interior de la ciudad, pese a las deserciones habidas entre los soldados congoleños y la «desaparición» de las fuerzas de paz, que al parecer se han encerrado en sus cuarteles.

«Mientras tanto, cientos de miles de personas están encerradas en sus casas, con graves problemas en el suministro de electricidad, agua y alimentos, sin posibilidades de huir y expuestos a los proyectiles y balas perdidas de los combates que ya han causado decenas de muertes y heridos entre la población civil», explica Julián Gómez Cambronero, autor del libro '¿A quién le importa el Congo?' y de CongoActual en X.

La entrada de la guerrilla del M-23 en Goma ha provocado el desplazamiento de miles de ciudadanos congoleños. Paradójicamente, también están circulando vídeos en redes sociales donde se puede observar a poblados enteros recibiendo como héroes a estos guerrilleros (posiblemente por miedo a represalias). Aunque la información es muy confusa, se habla ya de decenas de muertos, del saqueo del aeropuerto de Goma y la huida de buena parte del Ejército de la República Democrática del Congo.

Se trata de un conflicto que lleva años activo en el este del país debido a las continuas incursiones del M-23 en territorio congoleño. El Movimiento 23 de Marzo (en francés Mouvement du 23-Mars) es un grupo rebelde militar apoyado por Ruanda y que opera fundamentalmente en la provincia de Kivu del Norte. No es la primera vez que este grupo toma la ciudad de Goma. El 23 de noviembre de 2012, el M-23 también se hizo con el control de esta ciudad.

Uno de los motivos clave de estas incursiones es que esta zona de la R.D. del Congo cuenta con numerosas explotaciones de minas donde abundan minerales como el coltán o el cobalto, que han sido expoliadas en los últimos años por las tropas rebeldes. Este hecho ha tenido como consecuencia miles de robos, violaciones de mujeres y niñas y asesinatos en los últimos años.

Otra de las causas de esta guerra se remonta a hace 30 años, cuando se produjo el genocidio en Ruanda, con cerca de un millón de personas asesinadas (el 70% tutsis y hutus moderados). Según comenta un ciudadano ruandés, «Paul Kagame, presidente de Ruanda, tiene como objetivo exterminar a los hutus (de la raza bantou) cuya mayoría habitan en África Central. Kagame ha atacado al Congo con el motivo de acabar con los exmilicianos hutus. Pero, con el tiempo, se descubre que el motivo es otro: hacerse con las riquezas minerales del Congo».

«Por eso, cada vez se forman grupos armados bajo nombres distintos, financiados por Ruanda y sus aliados occidentales. Ahora han reiniciado la guerra y los congoleños se han dado cuenta de que está siendo víctimas bajo falsos motivos», agrega. El presidente del Congo, Félix Tshisekedi, ha denunciado a Ruanda como promotor del M-23, que es protutsi. Kagame ha negado siempre estas acusaciones.

«Otro de los sucesos que han encendido la mecha es que el gobernador militar de Goma fue herido en combate y murió. Y la tensión ha ido subiendo en los últimos tres días», explica a ABC Pedro García, responsable de una ONG en Kivu. «Tenemos compañeros que atravesaron la frontera con Ruanda y todo el personal de Naciones Unidas ha sido evacuado también a Gisenyi, donde se han registrado enfrentamientos con artillería pesada», agrega.

En el ámbito internacional, mientras el gobierno de Kinshasa rechazaba la mediación propuesta por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el presidente keniano, William Ruto, ha anunciado una cumbre extraordinaria de la Comunidad de África Oriental (CAO) «en las próximas 48 horas», con la participación de los jefes de Estado de la R.D. del Congo y de Ruanda, este último señalado como patrocinador del M23. Ahora el peligro es que el conflicto se extienda a toda la región.