Tropas congoleñas y ruandesas se disparan entre sí en la frontera de Goma, según la ONU

Previamente, los rebeldes congoleños del M23 habían entrado este lunes en el centro de la ciudad oriental de Goma, según han dicho dos testigos, horas después de que afirmaran haber tomado la ciudad a pesar de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigía el fin de la ofensiva.

El reciente avance de los rebeldes ha obligado a miles de personas del este del Congo, rico en minerales, a abandonar sus hogares y ha provocado temores de que un conflicto latente que dura décadas pueda reavivar una guerra regional más amplia.

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«Hay confusión en la ciudad; aquí, cerca del aeropuerto, vemos soldados. No he visto al M23 todavía», dice un residente a Reuters. «También hay algunos casos de saqueo de tiendas».

Los residentes han dicho que se podían oír disparos cerca del aeropuerto, el centro de la ciudad y cerca de la frontera con Ruanda. Tryphon Kin-Kiey Mulumba, presidente de la Autoridad de Transporte Aéreo, ha dicho que el ejército seguía teniendo el control del aeropuerto.

Vídeos sin verificadar compartidos en las redes sociales muestran a residentes locales saqueando mercancías fuera del depósito aduanero del aeropuerto y columnas de hombres armados, que apuntan a ser combatientes del M23, caminando por los suburbios del norte de la ciudad.

Los rebeldes habían ordenado a los soldados del Gobierno que se rindieran a eso de las tres de la madrugada y 100 soldados congoleños habían entregado sus armas a las tropas uruguayas de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en el Congo (MONUSCO), según ha informado el Ejército uruguayo. El personal de la MONUSCO y sus familias estaban evacuando a través de la frontera hacia Ruanda el lunes por la mañana, donde 10 autobuses los esperaban para recogerlos.

El presidente de Kenia, William Ruto, presidente del bloque de la Comunidad del África Oriental, celebrará una reunión de emergencia de jefes de Estado para tratar la situación, ha dicho Korir Sing'Oei, secretario principal del Ministerio de Asuntos Exteriores de Kenia.

Las zonas fronterizas orientales de la República Democrática del Congo, un país de tamaño similar al de Europa occidental, siguen siendo un polvorín de zonas rebeldes y feudos de milicianos tras dos guerras regionales sucesivas derivadas del genocidio de Ruanda en 1994.

Bien entrenado y armado profesionalmente, el M23 –el último de una larga lista de movimientos rebeldes dirigidos por tutsis– dice que existe para proteger a la población étnica tutsi del Congo.

El Consejo de Seguridad de la ONU ha llevado a cabo este domingo conversaciones de crisis sobre la situación del conflicto, que ha desencadenado una de las peores crisis humanitarias del mundo. Los expertos de la ONU afirman que Ruanda ha desplegado entre 3.000 y 4.000 soldados y ha proporcionado una importante potencia de fuego, incluidos misiles y francotiradores, para apoyar al M23 en los combates en el Congo.

Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña han condenado este domingo lo que, según ellos, era el respaldo de Ruanda al avance rebelde. El ministro de Asuntos Exteriores de Francia ha dicho este lunes que la ofensiva del grupo armado M23, apoyado por Ruanda, contra la ciudad de Goma en la República Democrática del Congo «debe cesar».«Mientras Goma se prepara para caer, Francia expresa su solidaridad con la República Democrática del Congo y su integridad territorial. Francia condena firmemente la ofensiva», ha dicho el ministro Jean-Noel Barrot.

Kigali rechazó las declaraciones que «no aportaban ninguna solución» y culpó a Kinshasa de desencadenar la reciente escalada. «Los combates cerca de la frontera con Ruanda siguen presentando una grave amenaza a la seguridad y la integridad territorial de Ruanda, y requieren una postura defensiva sostenida por parte de Ruanda», ha dicho el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ruanda.

Desde principios de 2025, los rebeldes han tomado nuevos territorios y han llegado a Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte, lo que ha obligado a cientos de miles de personas más a huir de sus hogares. Durante más de un año, el M23 ha controlado la región minera de coltán de Rubaya, en el Congo, generando unos 800.000 dólares al mes a través de un impuesto a la producción, según la ONU. El coltán se utiliza en la producción de teléfonos inteligentes y otros equipos. La expansión del grupo a nuevos territorios en las últimas semanas le da margen para adquirir más ingresos de la minería, dicen los analistas.

El Gobierno del Congo, funcionarios de la ONU y potencias occidentales, incluido Estados Unidos, han acusado al vecino del Congo, Ruanda, de alimentar el conflicto al desplegar miles de sus propias tropas y armas pesadas en suelo congoleño en apoyo del M23. Las acusaciones se basan en un informe de 2022 de un Grupo de Expertos de la ONU que dijo que tenía «pruebas sólidas» de que las tropas ruandesas habían estado luchando junto a los rebeldes del M23. Ruanda, que niega respaldar a los rebeldes, dice que ha tomado lo que llama medidas defensivas y acusa al Congo de luchar junto a las FDLR, que han atacado a los tutsis en ambos países.

Ruanda tiene una larga historia de intervención militar en el Congo. Junto con Uganda, invadieron el país en 1996 y 1998, alegando que se defendían de grupos milicianos locales.