Italia firma un acuerdo histórico con Albania para construir dos centros de inmigrantes en su territorio

El acuerdo fue anunciado, ante la sorpresa general, por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y por su homólogo albanés, Edi Rama, que firmaron el protocolo en el Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno. La oposición lo ha criticado duramente, por la forma en que se abrirán y gestionarán los centros en Albania, señalando que será «como Guantánamo», el centro de detención estadounidense en Cuba.

El documento, firmado entre Italia y Albania, país que pretende entrar en la Unión Europea de la mano del Gobierno italiano, tiene tres objetivos: combatir el tráfico ilegal de seres humanos, impedir los flujos irregulares de inmigrantes y dar acogida a quienes tienen derecho a protección internacional. Cabe destacar que los alcaldes italianos se habían opuesto a la decisión del Gobierno Meloni de crear un centro de detención, los llamados CPR (Centros de Permanencia para Repatriados), en cada una de las veinte regiones italianas. Ante la negativa de los alcaldes, Meloni encontró la ayuda de Edi Rama, con un acuerdo que comenzó a gestarse muy discretamente en agosto pasado, durante unos días de vacaciones que la primera ministra pasó en Albania.

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Los dos centros de detención estarán bajo jurisdicción y gestión de Italia, que controlará las eventuales peticiones de asilo o repatriaciones. En el puerto de Shengjin, en el norte de Albania, Italia se encargará de los procedimientos de desembarco y de identificación y creará un primer centro de recepción y control. A una veintena de kilómetros del puerto, en Gjader, se creará una estructura basada en el modelo CPR para procedimientos posteriores. Las operaciones se gestionarán en colaboración entre las fuerzas policiales italianas y albanesas.

Albania acepta los dos centros «a título gratuito», dice Palacio Chigi. Para Italia, será como tener una Lampedusa, pero en territorio albanés. La isla italiana, a 113 kilómetros de Túnez, acogió la mayoría de los inmigrantes que desembarcaron en este año en Italia. En total, desde enero hasta el 7 de noviembre, 145.794 personas llegaron a las costas italianas, mientras en el mismo periodo del pasado año fueron 88.476 (por Lampedusa pasaron 100.000 inmigrantes en diez meses).

«La inmigración ilegal masiva es un fenómeno que los países de la UE no pueden abordar solos. Por eso es útil colaborar con Estados que por ahora no forman parte de la UE», explicó la primera ministra italiana al anunciar el acuerdo entre Roma y Tirana.

A cambio del gesto de Albania de ceder dos enclaves en su territorio a Italia, el Gobierno Meloni se ha comprometido a apoyar firmemente, incluso a aumentar la presión, para que la UE desbloquee la candidatura de Albania para su entrada formal en la UE. «Hoy Albania se confirma como una nación amiga no sólo de Italia, sino también de la UE. Es un país candidato a la adhesión, pero se comporta como si ya fuera miembro de la UE», manifestó Meloni. Por su parte, el primer ministro albanés Edi Rama manifestó: «Si Italia llama. Albania está disponible», añadiendo que su país no ha pedido «ninguna contrapartida».

La Unión Europea ha solicitado a Italia detalles del acuerdo, señalando que es «imprescindible respetar el derecho internacional». La oposición se muestra muy crítica con el acuerdo: «Es una auténtica deportación», afirma Angelo Bonelli (Verdes); «hay una violación de derechos», destaca Peppe Provenzano (Partido Democrático); «se institucionaliza la deportación», señalan algunas ONG. Para el subsecretario Giovanbattista Fazzolari, brazo derecho de Meloni, las críticas son fruto de «una visión ideológica, pero hasta la fecha el derecho internacional no prevé la abolición de las fronteras nacionales».