Vuelve el miedo al inmigrante en Italia, mientras Meloni bloquea el Pacto sobre Migración

Mientras, los datos sobre la crisis migratoria son cada vez más preocupantes. Ya son más de 2.500 los inmigrantes que han muerto en el Mediterráneo en 2023, una cifra que representa un aumento de dos tercios con respecto a la registrada en todo el 2022, cuando murieron 1.680 en su intento desesperado para llegar a Europa. Por ello, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el director de la oficina de ACNUR (Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados) en Nueva York ha pedido mayor colaboración y ayuda a países como Italia, que hoy se ven con dificultades ara gestionar los flujos migratorios y la acogida.

La principal emergencia se sitúa en la isla italiana de Lampedusa, a menos de 200 kilómetros de Túnez. «Desde enero hasta el 24 de septiembre de 2023 –destaca ACNUR–, aproximadamente 186.000 personas llegaron por mar al sur de Europa (Italia, Grecia, España, Chipre y Malta); de ellas, la mayoría, más de 130.000 , desembarcó en Italia Italia, casi el doble que en mismo período del 2022). La situación en Lampedusa es motivo de grave preocupación», añade ACNUR, resaltando que «Italia no puede quedarse sola a la hora de responder a las necesidades de los que llegan».

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Pero a los reiterados llamamientos a la solidaridad se anteponen los muros de la retórica, egoísmos y diferencias entre los países europeos. Volvió a ocurrir el pasado jueves en Bruselas, durante la reunión del Consejo de Justicia y Asuntos de Interior de la UE para aprobar el Pacto sobre Migración y Asilo. Tras dar el visto bueno Alemania y los Países Bajos, que hasta entonces se habían opuesto, el acuerdo parecía estar en la recta final, siendo Hungría, Polonia y la República Checa los únicos países contrarios, aunque insuficientes para bloquear la aprobación del Pacto sobre Inmigración. La reunión acabó mal. El ministro italiano del Interior, Matteo Piantedosi la abandonó y bloqueó el acuerdo al solicitar más tiempo para analizar la última propuesta alemana para incluir en el Pacto. Concretamente, entre las novedades aportadas por Alemania figura un artículo sobre las operaciones de ayuda humanitaria de las ONG en el Mediterráneo, un tema que en los últimos días ha originado una dura polémica entre Roma y Berlín.

La primera ministra Giorgia Meloni justificó en la tarde del viernes el bloqueo al Pacto sobre Inmigración, porque «las propuestas de Alemania sobre las ONG suponen para nosotros un paso atrás». «Si el Gobierno alemán quiere volver atrás, nosotros presentamos otra enmienda que prevé que los inmigrantes sean transportados al país de bandera del barco de la ONG. No se hace solidaridad sobre las fronteras de los demás países«, dijo Giorgia Meloni en Malta, tras una reunión con el presidente francés Macron y la presidenta de la Comisión EuropeaVon der Leyen, al margen de la cumbre del grupo EuroMed, que agrupa a nueve países de cultura mediterránea de la UE.

Días antes, en una carta dirigida al canciller alemán Scholz, Giorgia Meloni, le expresó su preocupación por las operaciones de las ONG en el Mediterráneo: «Es bien sabido –escribió Meloni– que la presencia de barcos de las ONG en el mar tiene el efecto directo de multiplicar las salidas de pateras, lo que no es sólo una carga más para Italia, sino que aumenta el riesgo de nuevas tragedias en el mar«. Ayer mismo, el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, no escondió su estupor y cierta irritación a su homóloga Annalena Baerbock por la noticia de que siete naves de las ONG, algunas con bandera alemana, se dirigían a Lampedusa, mientras se celebraba la reunión de ministros del Interior en Bruselas: «Detrás de las ONG hay intereses electorales, Alemania no quiere inmigrantes en sus ciudades», dijo Tajani a La Repubblica.