El enviado del Papa regresa de Moscú sin ver a Putin y con las manos casi vacías
Recibe promesas genéricas de los funcionarios del Kremlin, pero no obtiene resultados humanitarios inmediato
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Corresponsal en el Vaticano
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Iniciar sesiónEl enviado especial del Papa, el cardenal Matteo Zuppi, regresa este viernes de su viaje de tres días a Moscú sin resultados al menos aparentes. Allí se ha reunido con dos altos funcionarios del Kremlin y con Kirill, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa ... . Su misión no era hacer de mediador sino «individuar y animar iniciativas que permitan iniciar un camino hacia la paz». O sea, un gesto humanitario por parte de Rusia que pueda ser apreciado por Ucrania y Occidente.
A diferencia del viaje que hizo en junio a Kiev, cuando el enviado papal se reunió con Volodímir Zelenski, en Rusia no ha sido recibido por Vladimir Putin.
En el Kremlin sí que le recibió el miércoles Yuri Ushakov, consejero presidencial de asuntos internacionales. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov aseguró que el encuentro «fue un intercambio de puntos de vista y de información sobre cuestiones humanitarias en el contexto de la situación en Ucrania». Explicó que «no se alcanzó ningún acuerdo específico, pero que el diálogo continuará si fuera necesario».
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También el cardenal Zuppi visitó el jueves a Maria Lvova-Belova, comisaria para los «derechos de la infancia». La Corte Penal Internacional de la Haya emitió en marzo una orden contra Lvova-Belova por la supuesta deportación a Rusia de miles de niños ucranianos, pues la considera la encargada de supervisar esos traslados forzosos. Según el recuento oficial de Ucrania, unos 19 mil quinientos niños ucranianos han sido deportados a Rusia.
Maria Lvova-Belova explicó en su canal de Telegram que en la reunión con el cardenal afrontaron «cuestiones humanitarias relativas a las operaciones militares y a la protección de los niños». «Hacemos nuestro trabajo de modo abierto y coherente. Estoy convencida de que el amor y la misericordia cristianos contribuirán al diálogo y a la recíproca comprensión», declaró tras el encuentro.
Según ha explicado el Vaticano «durante estas conversaciones se insistió mucho en el aspecto humanitario de la iniciativa, pero también en la necesidad de poder alcanzar la tan deseada paz».
El encuentro de más alto nivel fue religioso y fue con el patriarca Kirill de Moscú, que desplegó sorprendente cordialidad. Sorprendente porque congeló las relaciones con el Vaticano hace un año después de que el Papa Francisco le pidiera que no se transformara en el «monaguillo de Putin».
Durante el encuentro del jueves con el cardenal, acordaron «centrarse en la resolución de las cuestiones humanitarias» y «seguir manteniendo contactos», según explicó el Patriarcado de Moscú tras la reunión.
«En un momento en el que han surgido problemas muy grandes en las relaciones entre Rusia y Occidente, en el que nos enfrentamos tanto a grandes tensiones en las relaciones políticas como a amenazas reales de un gran conflicto armado mundial, es muy importante que todas las fuerzas interesadas en mantener la paz y la justicia se unan para prevenir ese posible desarrollo de los acontecimientos», subrayó Kirill.
Kirill confió que «la situación en Ucrania es extremadamente dolorosa para mí personalmente pues dirijo una Iglesia ortodoxa cuyo rebaño se encuentra tanto en Rusia como en Ucrania. Utilizamos y seguiremos utilizando todos los medios para poner fin cuanto antes a este terrible conflicto, para que haya el menor número posible de víctimas».
El último acto público del cardenal Matteo Zuppi en Moscú fue una misa en la catedral de la Madre de Dios para rezar por la paz. «He rezado a la Virgen para que su ternura por la humanidad herida nos ayude a buscar con inteligencia y valentía la vía de la paz, con creatividad y confianza», aseguró.
El arzobispo católico de Moscú, el italiano Paolo Pezzi, hace una lectura muy positiva de la visita del enviado del Papa. «Ha ido bien, sin triunfalismos, pero ha sido positiva», ha asegurado a medios italianos. «Sobre todo, ha obtenido la apertura a nivel político y religioso, y la disponibilidad a continuar el camino», ha explicado e prelado.
Zuppi ha viajado acompañado de un funcionario de la secretaría de Estado del Vaticano, el sacerdote Paul Butnaru, con experiencia diplomática en Venezuela, y de Adriano Roccucci, número dos de la Comunidad de San Egidio, y uno de los europeos que mejor domina las cien aristas de este conflicto. En los próximos días se reunirán con el Papa para informarle sobre lo ocurrido y decidir cuáles serán los próximos pasos, si los hay.
Viaje a Bielorrusia
Curiosamente, mientras Zuppi estaba en Moscú, un legado papal viajó discretamente a Bielorrusia, para conmemorar el 25 aniversario de la coronación del icono de la Madre de Dios de Budslaŭ. El legado del Papa fue el ex nuncio en este país, Claudio Gugerotti, quien también fue nuncio en Ucrania.
Aprovechando el viaje, este se reunió con el ministro de exteriores de Minsk, Sergei Aleinik. Abordaron «la situación actual en la región euroasiática y en el mundo en general, la cooperación entre Bielorrusia y el Vaticano en formatos multilaterales, las relaciones bilaterales a varios niveles con la Santa Sede», explica en un comunicado del ministerio de exteriores bielorruso. «Reafirmaron su compromiso de impulsar la cooperación bielorruso-vaticana y fortalecer el diálogo interreligioso, la paz y la armonía», añade el texto oficial.
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