Downing Street defiende la privacidad de Kate ante presuntas violaciones de confidencialidad en la Clínica de Londres
«Todos en la vida pública tienen derecho a la privacidad», ha indicado el gobierno británico
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La privacidad de la Princesa de Gales ha sido objeto de preocupación luego de que se conociera que un miembro del personal de la London Clinic, donde fue intervenida quirúrgicamente el pasado enero, intentó acceder a su historial clínico. La Princesa, de 42 años, ... ingresó a la clínica hace unas semanas para someterse a una cirugía abdominal programada, y permaneció ingresada dos semanas antes de ser dada de alta. Sin embargo, al menos un miembro del personal del hospital, ubicado en Marylebone, Londres, supuestamente fue sorprendido intentando acceder a sus archivos médicos.
El gobierno británico, a través de un portavoz de Downing Street, oficina y residencia del primer ministro, ha salido en defensa de la privacidad de la Princesa, destacando que todos los individuos en la vida pública tienen derecho a la privacidad. Un portavoz del primer ministro Rishi Sunak declaró: «Todos en la vida pública tienen derecho a la privacidad. Claramente, existen normas estrictas sobre los datos de los pacientes que deben seguirse». Esta declaración resalta la importancia de proteger la confidencialidad de la información médica de las figuras públicas, incluida la esposa del heredero a la corona británica.
Las preocupaciones sobre la violación de la privacidad de Catalina han llevado a la policía londinense, MET, a ser contactada para investigar si se infringió la confidencialidad de Catalina como paciente del centro hospitalario. Maria Caulfield, secretaria de Estado de Sanidad, subrayó las serias implicaciones de tales acciones, indicando que «las reglas son muy, muy claras» y enfatizó que »a menos que se esté cuidando a ese paciente, o a menos que se haya dado su consentimiento, no deberían estar viendo» su historial.
La London Clinic, conocida por su discreción y prestigio y opción de la Familia Real para tratar a sus miembros desde hace décadas, ha iniciado una investigación interna sobre el incidente. Al Russell, director ejecutivo de la clínica, afirmó que «no hay lugar en nuestro hospital para aquellos que violen intencionalmente la confianza de cualquiera de nuestros pacientes o colegas». Este incidente ha planteado preocupaciones sobre la seguridad y la protección de la información confidencial de los pacientes en los hospitales privados, especialmente cuando se trata de figuras públicas de alto perfil como la Princesa. Russell aseguró que se tomarían «todas las medidas regulatorias y disciplinarias apropiadas» tras examinar las presuntas violaciones de datos. «Todos en la London Clinic somos muy conscientes de nuestros deberes individuales, profesionales, éticos y legales con respecto a la confidencialidad del paciente. Nos enorgullece enormemente el excelente cuidado y discreción que intentamos brindar a todos nuestros pacientes que confían en nosotros todos los días», agregó.
Pero este no es el primer incidente en el que la privacidad de la futura Reina ha sido comprometida mientras estaba en el hospital. En el 2013, cuando fue ingresada con fuertes náuseas durante su primer embarazo, una estación de radio australiana realizó una llamada de broma al hospital, que resultó en la divulgación de detalles sobre su condición.
La declaración de Downing Street en defensa de la Princesa, llama la atención en medio del escándalo actual que alimenta las redes sociales y a la prensa local e internacional, con la polémica sobre las dudas sobre padecimiento de Catalina que obligó a que fuera operada y ante la pregunta de dónde está ahora mismo. Y aunque desde Kensington Palace han estado trabajando en planes para facilitar el regreso gradual de la Princesa a la vida pública después de su recuperación, les salió el tipo por la culata la semana pasada cuando publicaron una foto de la Princesa y sus hijos con motivo del día de la madre que resultó haber sido manipulada.
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