Los británicos pierden la confianza en sus instituciones públicas

Según un informe y varias encuestas, cae el apoyo a la Policía, el sistema sanitario y la Familia Real

Dimite el presidente de la BBC tras conocerse que ayudó al ex primer ministro Boris Johnson a obtener un préstamo

Agente de la Policía Metropolitana de Londres frente al Parlamento AFP

Ivannia Salazar

Corresponsal en Londres

Semanas antes de que la dimisión del presidente de la BBC, Richard Sharp (ayudó a Boris Johnson a conseguir un préstamo de 909.000 euros), abriendo este viernes una crisis en el seno de la televisión pública británica, un demoledor informe independiente tocaba en ... la línea de flotación de otra de las instituciones más sólidas del Reino Unido: publicado a finales de marzo, se trata de un dosier sobre la Policía Metropolitana de Londres (MET), a la que la responsable de la investigación, Louise Casey, experta en asuntos sociales y con escaño en la Cámara de los Lores, lanzaba la acusación de ser un organismo donde imperan el racismo, la misoginia, la homofobia y el 'bullying'.

La publicación del documento puso sobre la mesa la crisis de desconfianza en algunas instituciones británicas.

Según declaró entonces a 'The Guardian' Martin Hewitt, presidente del Consejo de Jefes de la Policía Nacional, el Cuerpo no tiene el «derecho otorgado por Dios» de existir en su tamaño y forma actuales si no puede recuperar la confianza que perdió tras una serie de escándalos. Pero no es el único.

A principios del año pasado, la organización Carnegie UK, que trabaja por el bienestar de la población, publicó un informe que ponía en el punto de mira el bienestar democrático en Inglaterra y que se basó en una encuesta de la consultora YouGov cuyos resultados fueron especialmente significativos: dos de cada cinco personas en Inglaterra (41%) creen que la democracia no está funcionando; y mientras un 32% de la gente considera que la mayor amenaza actual para la democracia es la pérdida de confianza, el 16% dice que es la corrupción. Este estudio, uno de los más recientes y completos, concluyó que el 76% del público en Inglaterra no confía en que los parlamentarios tomen decisiones que mejorarán sus vidas.

El mes pasado, la misma organización realizó una revisión del informe, llamado 'Spotlight on Democratic Wellbeing', a través de un panel de expertos que concluyeron, en relación con el bienestar democrático en 2023, que las polémicas que involucran a líderes políticos no han ayudado a aumentar la confianza en la democracia británica.

Fiestas ilegales

Algunos de estos escándalos son relativamente recientes, como las fiestas ilegales en Downing Street celebradas mientras la población se encontraba bajo estrictas reglas de confinamiento para contener la propagación del Covid-19. Lo sucedido fue investigado de forma interna así como por la Policía, que impuso más de un centenar de multas, y ahora mismo está esperando incluso el veredicto de una comisión parlamentaria sobre si Boris Johnson mintió en el Parlamento, donde en múltiples ocasiones defendió que en el número 10 no se incumplieron las reglas.

Tampoco ayudó la ex 'premier' Liz Truss, que estuvo en el poder sólo 45 días, en los que presentó un plan fiscal que provocó la caída de los mercados y con el que se tuvo que echar marcha atrás tras su renuncia.

Centros de salud

Pero la pérdida de confianza no se limita a la clase política, sino que ha caído incluso en instituciones tan emblemáticas e históricas como el NHS, el Sistema Público de Salud. No es para menos: según una encuesta de la consultora YouGov publicada la semana pasada, pero cuyos datos se recopilaron en febrero, los problemas de salud empeoraron para el 16% de los británicos, que dicen que no pudieron o no quisieron ver a su médico de cabecera cuando lo necesitaban. La imposibilidad de ponerse en contacto con sus centros de salud es la razón más común que dieron los encuestados, y el 31 % de quienes no acudieron a consulta aseguran que desistieron en su intento tras no conseguir agendar una cita.

A esto se suman los escándalos de la Familia Real, entre los que destacan los del Príncipe Andrés, ahora caído en desgracia y mantenido en la sombra, y las bombas lanzadas por el Príncipe Harry y su esposa Meghan Markle desde que se mudaron a los Estados Unidos, y que incluyen entrevistas, 'podcast', documental en Netflix y un libro autobiográfico, 'Spare' lleno de polémicas afirmaciones.

Precisamente, tras su publicación, el índice de aprobación de la Familia Real se desplomó a su nivel más bajo en doce meses, según una encuesta de Ipsos que sugiere que todos los miembros de la realeza se han visto afectados negativamente por las reveladoras memorias. Por ejemplo, la valoración del heredero, Guillermo, aunque sigue siendo el 'royal' más popular, ha caído un 10% desde diciembre, hasta el 59%. En general, el índice de aprobación de la Familia Real ha caído al 47%, seis puntos menos que a principios de año.

Para Kelly Beaver, directora ejecutiva de Ipsos Reino Unido e Irlanda, «la popularidad de la Familia Real y sus miembros más destacados aún está por debajo de los niveles de simpatía posteriores al funeral de la Reina» y considera que el apoyo de las personas más jóvenes «sigue siendo un desafío clave». «Sin embargo, si bien esto plantea interrogantes para el futuro, los partidarios de la Monarquía aún superan en número a los opositores». En su opinión, «la coronación de Carlos III (el sábado 6 de mayo) será un momento de celebración nacional que podría cambiar esta imagen nuevamente, con el potencial de conducir a otro aumento en la popularidad de nuestro nuevo Rey y de la Familia Real».

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