NACIDO EN BARCELONA

Manuel Valls, al frente de la campaña de Hollande

Manuel Valls es hijo de Xavier Valls, uno de los más grandes pintores figurativos españoles de los últimos cincuenta años

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Manuel Valls (Barcelona, 1962) pudo ser presidente del Barça, político de CiU o del PSC, o empresario catalán. Pero se ha convertido en el «hombre orquesta» de François Hollande, candidato socialista a la presidencia de la República francesa.

Manuel Valls es hijo de Xavier Valls, ... uno de los más grandes pintores figurativos españoles de los últimos cincuenta años. Y tuvo la nacionalidad española hasta la adolescencia, cuando optó por la nacionalidad francesa. Pronto sintió simpatía por los sectores más abiertos del socialismo francés. Michel Rocard estuvo entre los asistentes a su primera boda, mucho antes de una dolorosa separación y segundas nupcias con una gran violinista.

Uno de los primeros libros que leyó Manuel Valls fue una biografía de Jacinto Verdaguer, el sacerdote y poeta catalán. Uno de sus parientes es compositor de un Himno del Fútbol Club Barcelona.

Tras simpatizar con Michel Rocard, fue consejero de Lionel Jospin, primer ministro socialista, antes de ser aspirante a la candidatura socialista de las próximas elecciones presidenciales. Derrotado, Valls pasó a integrarse en el equipo de Hollande, que lo ha convertido en el hombre orquesta de su campaña: director de la comunicación, confidente, amigo íntimo...

Si Hollande fuera elegido presidente, Valls podría aspirar a ser ministro del Interior. Se trata de una posible garantía para España en materia de cooperación antiterrorista. Sus rivales socialistas afirman que Valls encarna el «ala derecha» del PS francés. Es el socialista francés que mejor conoce los problemas de seguridad.

Sarkozy intentó seducirle políticamente, ofreciéndole un ministerio en un gobierno de «apertura». Valls prefirió hacer carrera dentro del PS. Valérie Trierweiler, la compañera sentimental de Hollande, quizá sea su mejor aliada ante la burocracia socialista, y comenta: «Entre Manuel y François hay una complicidad muy íntima».

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