Zelaya vuelve a la carga dos años después de ser depuesto como presidente de Honduras
Dos años después del golpe de estado que puso en jaque a la política hondureña, su principal protagonista, Manuel Zelaya, regresa a escena, y esta vez, dice, es para quedarse
MARIO AVELLANEDA
¿Qué fue de Manuel Zelaya y Roberto Micheletti , dos hombres que acapararon las portadas, crónicas y artículos de opinión durante el verano de 2009 a raíz del golpe de estado que sacudió a Honduras? Lo último que supimos de ellos ... fue que Micheletti se había hecho con el poder, era presidente de facto y vaciaba las arcas públicas organizando operativos de seguridad para evitar que Zelaya consiguiera volver al poder. Tras cuatro meses encerrado en la embajada de Brasil, «Mel», como le llaman sus seguidores, se exilió en Santo Domingo, República Dominicana, y mientras los focos de la prensa se apagaban sobre esta historia, él juró que volvería al país que lo vio nacer.
Han pasado dos años desde el golpe . Gracias a la mediación conjunta del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos , y del venezolano Hugo Chávez –que ahora son grandes amigos– se firmaron, en mayo de este año, los Acuerdos de Cartagena (por la ciudad colombiana donde se suscribió el convenio). Se trata de una amnistía que reconoce a Zelaya y a sus ex colaboradores «el ejercicio de todas sus libertades de acción política y de todas las garantías contempladas en la Constitución de la República y las leyes de Honduras».
El 28 de mayo «Mel» aterrizaba en el aeropuerto de Tegucigalpa , con su sombrero bien puesto y en medio de vítores de sus decenas de seguidores. Ya no era el loco de la película que dos años atrás hablaba de complots para «suicidarlo». Hoy cuenta con una buena parte de respaldo popular y su intención, ya lo ha dicho, es volver al palacio presidencial.
Pero para conseguirlo tiene que sacar adelante el proceso de la cuarta urna . Se trata de una consulta popular para cambiar la Constitución y permitir la reelección, prohibida en los artículos 42 y 239 de la carta magna hondureña. De hecho, el primer artículo castiga a cualquier impulsor de la reelección con la pérdida de la ciudadanía, y el segundo, con la destitución del cargo. «Mel» ya sabe lo que es eso.
La madrugada del domingo del 28 de junio de 2009 Zelaya se despertó rodeado de militares. Fue sacado del palacio presidencial a la fuerza en plena madrugada. Ataviado tan solo con su pijama y su sombrero, lo metieron en un avión y directo a Costa Rica . Los golpistas lo acusaban de promover un proceso de cuarta urna. Los más rabiosos no dudaron en compararlo con Hugo Chávez por querer perpetuarse en el poder. Zelaya lo negó todo y desde el exilio empezó a planear su regreso.
¿Y Micheletti?
Pero mientras el ex presidente está disfrutando de una resurrección política triunfal, su contrario, Roberto Micheletti , consume sus fuerzas intentando lavar su imagen de «golpista». En su última aparición, esta vez ante el Congreso de los EE.UU., Micheletti criticó al gobierno norteamericano por considerar que después de lo que él llama, la «sustitución» de Zelaya, los que siempre habían sido sus amigos, le dieron la espalda.
Sin embargo, la verdad es que nunca nadie quiso darle la cara a Micheletti. Cuando tomó las riendas de Honduras, la comunidad internacional no reconoció su gobierno . Acto seguido, el país centroamericano fue expulsado de la Organización de Estados Americanos (OEA), a donde ha vuelto a ingresar hace unos meses, y la UE hizo lo propio aplicando sanciones contra el gobierno interino de Micheletti por haber roto el orden constitucional.
Siete meses después convocó elecciones generales y salió elegido Porfirio Lobo, el actual presidente . El 22 de enero de 2010 Micheletti abandonó el palacio presidencial y desde entonces busca, casi con desesperación, que la sociedad hondureña lo reconozca como un «heroe». Pero el pueblo aclama a «Mel» quien, si logra volver al sillón presidencial, tendrá que enfrentarse a un país donde la pobreza golpea ya al 60% de la población.
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