El velo de la propaganda que impide ver la guerra
En la batalla de narrativas el Gobierno de Zelenski ha mostrado una gran habilidad para caricaturizar al Ejército ruso y propagar la idea de que el pulso a Putin está ganado
Zigor Aldama
Tanto el padre como el tío de María Vitryak, gemelos, son sargentos del ejército ucraniano . Trabajan en el efectivo sistema antimisiles que intercepta parte de los proyectiles con los que Rusia ataca a su país, pero Vitryak no sabe dónde. «No nos lo ... pueden decir por confidencialidad», comenta esta joven kievita de 23 años. Así que se tiene que conformar con una breve llamada cada semana para confirmar que siguen vivos.
« Un día regresaron con heridas en la cara y agujeros de bala en el coche. La ventanilla trasera había desaparecido y habían cubierto el hueco con plástico y cinta aislante. No me dijeron qué les había pasado, pero, desde entonces, todos los días pienso que los pueden matar», cuenta en una cafetería de la capital ucraniana. «Parece mentira que hace tres meses estuviésemos pensando en todo tipo de trivialidades», sentencia encogiéndose de hombros. Ahora, sus preocupaciones incluyen obtener ingresos, porque ha perdido su trabajo en un centro de atención al cliente que trabajaba, sobre todo, con rusos. «Me dedico a hacer pasteles para los amigos, que me pagan lo que pueden», comenta con una sonrisa.
A pesar de todo, Vitryak no duda ni un segundo de que Ucrania saldrá victoriosa de esta guerra. «No solo eso, recuperaremos el territorio que nos ha arrebatado Rusia», afirma rotunda, en referencia a la ‘ciudad mártir ’ de Mariúpol, pero pensando también en la península de Crimea que Moscú se anexionó en 2014 y a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, en el Donbás. Y pocos ucranianos piensan diferente . El Ejecutivo de Volodimir Zelensky es consciente de la fuerza que le otorga una moral alta, y no hay voces discordantes con su discurso: el ejército ruso está siendo humillado, ha sufrido casi 30.000 bajas desde el inicio de la invasión , y las tropas ucranianas continúan liberando localidades en zonas clave como Kharkiv.
Esta narrativa oficial dibuja una caricatura de los soldados rusos -a los que muestra siempre poco preparados y peor equipados-, amplifica las notables conquistas ucranianas -obviando cualquier información sobre sus derrotas-, e incluso hace pasar por evacuación la rendición de los últimos efectivos que combatían en la acería Azovstal de Mariúpol. Las redes sociales, al servicio de este relato, son también muy efectivas a la hora de transmitir heroísmo épico : vídeos sobre los más de mil tanques rusos destruidos hasta la fecha, editados con música de películas de Hollywood, provocan una sensación de euforia colectiva que también se plasma en las calles de las ciudades.
En un barrio popular de Kiev, el último mural que se ha pintado muestra a una madona ortodoxa con un lanzamisiles antitanque ‘javelin’ en sus brazos
‘Santa Javelin’ honra a una de las armas más efectivas del ejército ucraniano, proporcionada por Occidente y protagonista de parte de los vídeos propagandísticos
En un barrio popular de Kiev, el último mural que se ha pintado muestra a una madona ortodoxa que podría decorar cualquier iglesia con un lanzamisiles antitanque ‘javelin’ en sus brazos. ‘Santa Javelin’ honra a una de las armas más efectivas del ejército ucraniano, proporcionada por las potencias occidentales y protagonista de gran parte de los vídeos propagandísticos. Su efectividad se puede ver ahora también en la plaza Mykhailivska del centro de la capital, entre la catedral de Santa Sofía y el Monasterio de San Miguel, donde se han instalado un tanque y varios blindados rusos destrozados por estos misiles portátiles . Frente a ellos, los ucranianos sacan músculo enEn un barrio popular de Kiev, el último mural que se ha pintado muestra a una madona ortodoxa que podría decorar cualquier iglesia con un lanzamisiles antitanque ‘javelin’ en sus brazos selfis patrióticos.
No obstante, sobre los sacos terreros que al lado protegen uno de los principales monumentos de la capital, una pancarta lanza un mensaje contradictorio: ‘World help us!’, un llamamiento a que el mundo salve a Ucrania. Es un mensaje que tanto Zelenski como los militares ucranianos repiten siempre que tienen ocasión , porque la eficiente defensa del país depende del flujo de armamento occidental. «Todo lo que llega va directamente al frente », afirmó el presidente ucraniano durante su encuentro con Pedro Sánchez.
Fuera de cámara, los militares ucranianos rebajan la euforia y reconocen que sufren numerosas carencias. El propio Zelensky ha admitido que cada día mueren en el frente oriental entre cincuenta y cien soldados ucranianos, una cifra superior a la reconocida hasta ahora. Pero ninguno de los mandos osa contradecir el discurso oficial . Y más de lo mismo sucede en Rusia, donde apenas se ofrece información sobre el desarrollo de la ‘operación militar especial’ que Vladimir Putin puso en marcha el 24 de febrero.
Batalla de narrativas
Buena muestra de esta batalla de narrativas es la advertencia que hemos recibido por parte del Gobierno ucraniano los periodistas enviados a su territorio para cubrir la guerra : a través de varios comunicados, se nos ha informado de que participar en el viaje de prensa que Rusia organiza para que la prensa visite Mariúpol va en contra de la regulación del país y puede suponer la retirada de la acreditación, así como la deportación y posterior prohibición de entrada al país.
Por eso, este periódico ha preguntado sobre la situación a un alto mando del Ejército español, que ha accedido a analizar la situación en la que se encuentra el conflicto, así como los escenarios que se plantean en el futuro a corto plazo, bajo la condición de anonimato. « Es obvio que la aproximación inicial rusa ha fracasado . Se planteó un objetivo excesivamente ambicioso en una guerra con demasiados ejes, inviable teniendo en cuenta la preparación de Ucrania y los efectivos que podía destinar Rusia, que no superan los 200.000 con las milicias del Donbás. Fue una estrategia profundamente equivocada , que carecía de una concepción de teatro y de unidad de mando», arranca.
Entre las fortalezas del Ejército ucraniano, el militar español destaca «una defensa muy flexible, apoyada en núcleos urbanos que desgastan en profundidad especialmente los órganos logísticos rusos con unidades muy ligeras basadas en sistemas anticarro». Esta defensa, sumada a la gran dificultad para «ocultar concentraciones de fuerzas y maniobras en profundidad», ha provocado que Rusia fracasara «en sus intentos de embolsamiento».
«Rusia no ha perdido la guerra ni mucho menos»
El alto mando español es tajante a la hora de afirmar que Rusia ha salido derrotada de su intento de ocupar Ucrania e imponer un régimen prorruso: «Ha renunciado a sus objetivos de máximos, que ya considera inalcanzables». Pero eso no supone que haya perdido la guerra. Ni mucho menos. « Ha reaccionado militarmente desde una postura de realismo. Ha rectificado nombrando un comandante de teatro y planteando una batalla que cambia de la maniobra al desgaste, que busca un avance más modesto en una zona más concreta, dejando menos flancos expuestos».
Hay temor a que el conflicto se estanque en el este de Ucrania y se cobre un precio humano muy elevado
Por todo ello, el militar español teme que el conflicto se estanque en el este de Ucrania y se cobre un precio humano muy elevado . «Si entendemos que Rusia se conforma ahora con controlar el Donbás y con unirlo a Crimea a través de la región de Kherson -con victorias como la cosechada en Mariúpol-, podemos decir que tiene un objetivo mucho más realista y alcanzable que el del inicio de la guerra, porque la veo con un modelo operacional muy sólido y ganando posiciones poco a poco. Está en disposición de llegar a la línea del Donbás y de sostenerla para plantear un alto al fuego y pasar de una guerra abierta a otra técnica», afirma.
Lo único que se puede interponer en la consecución de ese objetivo, añade, «es la capacidad que tiene Ucrania para hacer efectiva la ayuda militar que está recibiendo de Occidente». O sea, su capacidad «para crear cadenas logísticas viables y entrenar a los efectivos jóvenes que ha reclutado en el uso de esas armas en un plazo breve de tiempo». No obstante, el militar español considera que ese desenlace es poco probable. Rezar a ‘Santa Javelin’ no es suficiente para hacerlo realidad.
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