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ESTAMPAS CAIROTAS ii

Se acaba la paciencia egipcia

Los manifestantes están decididos a seguir con las protestas hasta lograr que Mubarak se vaya para siempre del país

AFP

HERMANN TERTSCH

Eran las cuatro, hora egipcia. Hacía ya una hora que había comenzado el toque de queda y seguía llegando un flujo incesante de manifestantes a la plaza Tahrir . Hombres de todas las edades, mujeres, con la cabeza descubierta, con velo o nayib cubriendo ... el rostro y niños. Muchos llevaban horas andando desde sus lejanos barrios en esta inmensa ciudad de más de veinte millones de habitantes. Algunos comentaban que habían salido de casa a las ocho, nada más levantarse el toque de queda impuesto por el ministerio del interior. Lleva cuatro días en vigor y el ministro que lo impuso ha dejado ya de serlo. Su sucesor no levanta tantos odios como él. Solo genera indiferencia.

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