Suscribete a
ABC Premium

«Los culpables están entre nosotros»

«Los culpables están entre nosotros»

Cuando fue empujado a la calle, y los goznes cerraron tras de sí, Mike Fröhnel decidió que intentaría cruzar definitivamente el Muro: «Sólo me detendría el tiro en la espalda, en un Estado así no podía vivir».

Era la tercera vez que penaba en la ... celda 120 de la prisión de máxima seguridad de Hohenschönhausen, acusado de ser un peligro para su país. La indignidad vivida allí la resume en la divisa de los carceleros: «Lo que no se doblega, debe romperse». Hoy tiene la llave de la que fue su celda y la enseña a este diario.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia