referéndum escocés
El nobel Paul Krugman advierte a Escocia: «Seréis como España, pero sin el sol»
El economista estadounidense cree que los escoceses deberían «tener miedo» al «sí» porque combinar independencia con una libra compartida, como quiere Salmond, «conduce al desastre»
borja bergareche
Cuidado con lo que soñáis, advierte el nobel Paul Krugman a los escoceses llamados a decidir el próximo jueves si se separan del Reino Unido. Una Escocia independiente no sería un próspero Canadá del Mar del Norte sino, más bien, una España «sin sol» sometida ... a los vaivenes que implica tener soberanía política pero no monetaria. «Tengo un mensaje para los escoceses: tened miedo, tened mucho miedo. Los riesgos de iros por vuestra cuenta son enormes. Igual creéis que Escocia puede convertirse en otro Canadá, pero lo más probable es que acabaría como convirtiéndose en una España pero sin el sol», advierte en su columna .
«Un mensaje para los escoceses: tened miedo, los riesgos son enormes»El economista estadounidense se refiere a la propuesta nacionalista de que una Escocia soberana mantendría una unión monetaria con el resto del Reino Unido con la libra esterlina como moneda a ambos lados de la hipotética nueva frontera. Según la hoja de ruta independentista, la libra es «un activo común» de todos los británicos. Y los lazos comerciales entre Escocia y el resto del Reino Unido tan estrechos que mantener una «unión esterlina» en caso de victoria del «sí» sería en interés de todos, defiende el nacionalismo.
Desde el punto de vista político, los planes monetarios del líder escocés, Alex Salmond, ya se han encontrado con el portazo rotundo del gobierno británico y de los tres grandes partidos nacionales, que se han comprometido a impedir una unión de este tipo. «La libra no es un activo que pueda dividirse entre dos países después de una secesión como una colección de CDs», afirmó el ministro de Finanzas conservador, George Osborne, en un discurso en Edimburgo en febrero.
Escocia no es Canadá, ni España Florida
Desde el punto de vista económico, Krugman recuerda en el « New York Times » que la crisis en España y en los países del sur de Europa se explica en gran parte por la pertenencia a una zona monetaria común, el euro, pero sin aquellos elementos «federales», como una unión fiscal y bancaria, que habrían permitido amortiguar los efectos del «crack» de 2008 y la posterior crisis de la deuda en la Eurozona. «La combinación de independencia política con una moneda compartida es una receta para el desastre», advierte Krugman.
«Si España y los demás países que renunciaron a su moneda para adoptar el euro fueran parte de un verdadero sistema federal, con instituciones de gobierno compartidas, la reciente historia económica de España se habría parecido mucho a la de Florida». Según recuerda el «gurú» socialdemócrata, tanto España como Florida experimentaron una explosión inmobiliaria en 2000 y en 2007, seguida de la consiguiente burbuja.
En ese punto, «sus caminos se separaron: en el caso de Florida, la mayor parte de la carga fiscal de la crisis recayó, no en el gobierno local, sino en Washington», recuerda. En España, como es bien conocido, esa carga fue soportada por los trabajadores, familias y empresas españolas en forma de fuertes recortes de gasto público e inversión, políticas de austeridad y un brutal ajuste. Y, en el caso de una victoria del «sí» el jueves que viene en Escocia, como predicen ya algunos sondeos , este sería el panorama que espera al nuevo Estado, según Krugman. Y no la arcadia feliz y próspera , como Canadá o los países nórdicos, que predica Salmond.
Advertencia del Banco de Inglaterra
La unión monetaria que quiere Salmond es «incompatible con la soberanía»«Comparar Escocia con Canadá parece, a primera vista, bastante razonable. Como Escocia, es una economía relativamente pequeña que realiza la mayor parte de sus intercambios comerciales con un vecino mucho mayor», analiza en su columna. «Pero Canadá tiene su propia moneda, lo que implica que su gobierno no puede quedarse sin dinero, que puede rescatar sus propios bancos si es necesario, y más cosas». Cosas que una Escocia independiente no podría hacer en el caso de combinar la soberanía política con una unión monetaria con el resto del Reino Unido .
El banco central sería, claro, el Banco de Inglaterra. Y las decisiones sobre política monetaria y fiscal se tomarían, sobre todo, en Londres. El propio gobernador del Banco de Inglaterra, el canadiense Mark Carney, señalaba ayer en una reunión con sindicatos que la idea de «unión esterlina» que promueve el nacionalismo escocés resulta «incompatible con la soberanía».
Una moneda requiere un banco central, una regulación financiera común y una misma política fiscal, advierte Carney, haciéndose eco de las mismas tesis avanzadas por Krugman. En este ámbito, y para complicar aún más los planes de Salmond, numerosos expertos recuerdan además que la pertenencia a la UE –tal y como desea el nacionalismo– exige tener una autoridad bancaria propia.
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