La batalla por el menguante oro negro del Mar del Norte

Por eso, la discusión sobre cuántas reservas quedan y qué ingresos pueden todavía extraerse bajo estas oscuras aguas se ha instalado en el corazón del debate constitucional británico, cuando faltan solo once días para que 4,5 millones de residentes escoceses mayores de 15 años respondan a una pregunta tan simple como dramática: «¿Debería Escocia ser un país independiente?» . El avance separatista en las encuestas ha hecho saltar muchas alarmas. Según la última encuesta de la empresa YouGov , el «No» mantiene una ventaja de seis puntos, con un 53% de apoyo por un 47% de preferencia por la independencia.

Numerosos ejecutivos y líderes empresariales de bancos como Barclays o Lloyds o de gigantes energéticos como Shell o BP han advertido de la incertidumbre económica que genera la posibilidad de una victoria del «Sí». Ante la alarma general, la industria petrolera local, sin embargo, permanece neutral y callada ante el debate. El sector da empleo a 450.000 personas, el 45% de las cuales trabajan en Escocia. Y, el miércoles pasado, Aberdeen, la capital del petróleo del Mar del Norte, reunió por primera vez a los principales directivos de la industria para escuchar los argumentos de las dos campañas en liza.

En el debate organizado por Oil&Gas UK, la organización que representa los intereses del sector, el exministro de Finanzas laborista y portavoz de la campaña «Mejor Juntos», Alistair Darling , advirtió que una Escocia independiente dependería en exceso de los hidrocarburos, cuyos ingresos supondrían un 15% del PIB. En el caso del Reino Unido, estos representan solo el 2% del PIB. «Depender tanto de un recurso tan volátil supondría un riesgo enorme para Escocia», advirtió. La industria petrolera aporta unos 40.000 millones al año al PIB británico, según datos del sector.

El consejero de Energía del Ejecutivo regional, Fergus Ewing, recordó «las repetidas subidas de impuestos y la inestabilidad generada sobre la industria del Mar del Norte por sucesivos gobiernos» británicos. «Mientras Londres está encantado de usar el Mar del Norte como la gallina de los huevos de oro, si gana el «Sí» el gobierno escocés trabajará con la industria para garantizar la estabilidad», dijo, y prometió que las relaciones entre un gobierno soberano en Edimburgo y el sector serían «mejores».

«No creo que la proximidad física sea la clave, lo importante es profundizar en una relación madura entre los dos gobiernos y la industria», explica a ABC Malcolm Webb, presidente de Oil & Gas UK ( entrevistado en estas páginas ). Como ilustración del poderío del sector, el aeropuerto de Aberdeen tiene el que está considerado como el helipuerto civil con más tráfico del mundo, con unos 40.000 movimientos al año. Y su puerto es un hervidero de buques de transporte, suministro y exploración con rumbo a las plataformas «offshore» vecinas y lazos comerciales con unos 40 países. La ciudad y sus alrededores generan el 17% del PIB escocés.

Entre 2014 y 2050 podrán extraerse entre 14.000-15.000 millones de barriles ¿Bendición, o maldición? El líder nacionalista, Alex Salmond, ha intentado sortear el eterno dilema de los hidrocarburos refiriéndose al «maravilloso bonus» del petróleo. El Partido Nacional Escocés (SNP) que preside recibió con entusiasmo el viernes un informe académico que estima que, con la extracción de formas no convencionales de hidrocarburos, podrían aportar a las arcas de una hipotética Escocia independiente unos 380.000 millones de euros en las próximas décadas. Pero numerosos expertos, y el gobierno de Londres, manejan expectativas mucho menos optimistas.

Oil & Gas UK contempla una horquilla de reservas de petróleo en los pozos ya maduros y en declive del Mar del Norte de entre 12.000 y 24.000 millones de barriles, en función de los niveles de inversión que se dediquen en las próximas décadas. El gobierno de Salmond ha sido criticado por cimentar las previsiones económicas de su Libro Blanco de la Independencia sobre la cifra más alta de esta horquilla. De hecho, el gobierno de Londres, «ridículamente pesimista» según el SNP, reduce las reservas restantes a 10.000 millones de barriles de petróleo.

Ante semejante discrepancia, la mayor parte de los ejecutivos consultados mencionan la estimación del profesor Alex Kemp , de la universidad de Aberdeen. Este «gurú» del sector y autor de la historia oficial del petróleo del Mar del Norte calcula que entre 2014 y 2050 podrán extraerse entre 14.000 y 15.000 millones de barriles equivalentes de petróleo con un precio medio del barril en torno a los 90 dólares. Una cifra con la que coincide otro de los grandes expertos, Sir Ian Wood, que acusa a las previsiones nacionalistas de excederse en un 45-60% de lo realistamente posible.

Si se aplican ciertos incentivos fiscales, Kemp cree que podría incrementarse hasta los 16.500 millones de barriles, e incluso alcanzar la cifra soñada por Salmond -y por el sector- de 24.000 barriles en la segunda mitad del siglo. «Es plausible», nos explica de forma escueta el profesor Kemp. Aunque casi nadie, ni siquiera el gobierno británico, niega que Escocia podría ser viable como Estado independiente, todos saben, incluido Salmond, que el «maravilloso bonus» del oro negro del Mar del Norte es un recurso menguante, y una falsa promesa de prosperidad eterna.