Hollande visita a Trierweiler por primera vez desde que está ingresada

Internada en el hospital de la Pitié-Salpêtrière, cuyas inmediaciones fueron inmortalizadas por Pío Baroja, en varias de sus novelas parisinas, Trierweiler sigue una “cura de sueño” diagnosticada por varios médicos próximos a la pareja presidencial.

Se trata, aparentemente, de una “cura de sueño” muy relativa.

Según varias fuentes, Hollande y Trierweiler habrían estado comunicándose con sms, desde el fin de semana pasado. Por su parte, numerosos “íntimos” del presidente o la primera dama filtran a cada hora los rumores más peregrinos e insustanciales sobre la evolución de la crisis, sobre la que ambas partes guardan un silencio sepulcral.

Desenlace incierto

La primera visita del jefe del Estado a su compañera, hospitalizada, parece sugerir una posible “aceleración” de los acontecimientos, que debieran culminar, en cualquier momento, con la salida de Trierweiler del hospital “con destino desconocido.

Ante tal eventualidad, las fuentes más solventes están muy divididas. Para unos, “todo está roto” entre Hollande y Trierweiler. Y la primera dama debería abandonar su despacho en el Elíseo, para tomarse “una temporada de reflexión, en París, en provincias, o en EE. UU.” Para otros, “la reconciliación todavía es posible”. Los partidarios de esta tesis creen que “es dificil abandonar el Elíseo, cuando se tiene despacho propio y un equipo de colaboradores pagados con dinero público”.