Occidente abandona a los islamistas egipcios en su lucha contra el golpe
Aparcado, al menos de momento, el plan de evacuar por la fuerza las acampadas de los Hermanos Musulmanes
mikel ayestaran
El Cairo volvió a vivir un viernes de movilizaciones masivas por parte de los detractores del golpe de estado que desafiaron las advertencias de las fuerzas de seguridad y se echaron a las calles en señal de protesta. El riesgo de un nuevo ... baño de sangre hizo recular al ministerio de Interior que, según la televisión estatal, decidió aparcar momentáneamente la idea de un desalojo «lo antes posible» por la fuerza de las acampadas de Rabaa Al Adawiya y la Universidad de El Cairo y apostó por el bloqueo progresivo de estas plazas donde se mantienen protestas desde hace un mes.
El Ejército también pareció cambiar de idea y tras más de 200 muertos –la mayoría seguidores de los Hermanos Musulmanes-, aseguró que apostará por «la vía pacífica» para acabar con las sentadas. Dos gestos que, para el diario Ahram, forman parte de la «negociación secreta» entre militares y Cofradía para evitar más muertos en las calles y que dará paso a un final progresivo de las protestas a cambio de la liberación de los líderes del grupos islamista encarcelados.
A la ira por el derrocamiento de Mohamed Mursi, los manifestantes sumaron la indignación por el posicionamiento oficial de Estados Unidos que, un mes después de que el general Abdul Fatah Al Sisi acabara con el mandato del primer presidente democrático del país, aclaró que lo ocurrido en el país árabe es una «restauración de la democracia por parte de los militares» . Estas fueron las palabras pronunciadas a última hora del jueves por el secretario de Estado, John Kerry, en su viaje a oficial a Pakistán, que definieron el lado por el que apuesta la administración de Barack Obama tras semanas de dudas.
«Millones y millones de personas pidieron al ejército intervenir. Todos tenían miedo de hundirse en el caos y la violencia», apuntó Kerry en referencia a las manifestaciones del 30 de junio en una rueda de prensa en la que la crisis egipcia eclipsó a los ataques con aviones no tripulados que Estados Unidos sigue realizando en suelo paquistaní. La ofensiva diplomática estadounidense se completó con el segundo viaje del subsecretario de Estado, William Burns, a El Cairo para reunirse con las autoridades interinas y la salida del país de la hasta ahora embajadora, Anne Patterson, a la que los partidarios del golpe acusaban de favorecer los intereses de los Hermanos Musulmanes . Barack Obama quiere que Patterson sea la nueva responsable de la oficina estadounidense de todo Oriente Medio.
La Unión Europea sigue la línea marcada por Estados Unidos desde el comienzo y Bernardino León , representante especial de la UE para el Mediterráneo Sur, evitó durante su estancia en Egipto hablar de ‘golpe de estado’ y se limitó a definir la situación como «muy complicada» y a llamar al diálogo. Las opciones de mediación por parte de la UE, cuya alta representante de la Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, se entrevistó esta semana con Mohamed Mursi, se reducen con el paso de los días. Los manifestantes pro Mursi acusan a la UE de limitarse a pedir el final de las protestas sin exigir nada a cambio a las autoridades interinas.
«Cómplices» del golpe
«¿Acaso el secretario de Estado Kerry aceptaría que el secretario de Defensa Hagel destituyera a Obama si se registraban importantes manifestaciones en Estados Unidos?», respondió el Gehad el Hadad, portavoz de los Hermanos Musulmanes, al discurso de Kerry antes de aclarar que «no esperamos nada de Estados Unidos» , país al que calificó de «cómplice del golpe de Estado militar».
En un comunicado, Hadad denunció que «esa retórica es muy alarmante» y que el pueblo estadounidense debería rechazar ese Gobierno que «traiciona sus valores y respalda la tiranía y la dictadura». Una postura que algunos analistas explican en la prohibición legal de la administración estadounidense de apoyar económicamente a un gobierno que ha llegado al poder tras un golpe militar, un reconocimiento que supondría cortar la ayuda militar anual que presta a Egipto, valorada en 1.300 millones de dólares (978 millones de euros al cambio).
La Hermandad lidera las protestas que piden la liberación de Mursi y su restauración al frente de la presidencia del país y hasta el momento sólo ha aceptado la negociación con condiciones previas y con la intermediación de la Unión Europea (UE) con las nuevas autoridades.
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