Erdogan se venga de las televisiones «rebeldes»

En teoría, lo de Hayat TV es una cuestión de permisos. Esta cadena lleva emitiendo desde 2007 a través de un satélite, pero, tal y como explican los trabajadores en un comunicado «un reciente cambio en la normativa de radiodifusión obliga a los canales a tener una licencia de la RTÜK [las siglas en turco del Alto Consejo de Radiotelevisión de Turquía] para poder emitir». A pesar de haber presentado la solicitud correspondiente, el RTÜK les autorizó a seguir emitiendo hasta que se concretase la concesión de dicha licencia.

Sin embargo, de acuerdo con el comunicado, el organismo indicó ayer que había investigado «las denuncias recibidas por la cobertura de las protestas del Parque Gezi » y por ello habían tomado la decisión de cerrar el canal. No es la única cadena represaliada: otras cuatro emisoras –Ulusal TV, EM TV, Halk TV y Cem TV- conocieron hace unos días que el RTÜK les imponía una multa millonaria por «dañar el desarrollo físico, moral y mental de los niños y jóvenes» por su relato de los disturbios.

Los trabajadores, sin embargo, decidieron no acatar la decisión y seguir emitiendo. «Hoy hemos estado trabajando todo el día, a la espera de acontecimientos», indicó a ABC Elif Görgü, periodista de la cadena. Finalmente, ante el escándalo desatado, el Consejo de Radiotelevisión decidió no implementar la suspensión. «Mucha gente ha estado llamando al RTÜK para protestar, y al final han decidido no cerrar la cadena. Nuestro jefe está en Ankara, negociando», explicó Görgü.

Las cinco cadenas castigadas se destacaron por desafiar el apagón informativo decretado por el gobierno respecto a las protestas. Un bloqueo, sin embargo, que sí fue seguido por las principales televisiones privadas del país, como HaberTürk o CNNTürk. La cadena NTV fue primero blanco de las iras de los manifestantes por no cubrir los disturbios, y después, del propio gobierno por empezar a hacerlo.

NTV pertenece al consorcio Dogus, conformado también por el banco Garanti, uno de los principales del país. Recientemente, el director general de esta entidad, Ergun Özen, pidió disculpas públicamente por haber ignorado estos sucesos.«“Hemos cometido un error al tratar de mantener un equilibrio en una situación desequilibrada», aseguró. Algo que no gustó nada al gobierno.

«Erdogan habló entonces contra el Garanti, e inmediatamente sus seguidores empezaron a cancelar cuentas y tarjetas de crédito», explica a ABC Emreh Lafçi, empleado de esta entidad. La retirada de dinero ha sido estimada en entre 18 y 20 millones de euros. «No fue algo muy masivo, pero mostró el poder personal del primer ministro», indicó. La libertad de prensa y expresión en Turquía «no sólo está amenazada, sino dañada», declaró ayer Dunja Mijatovic, responsable de libertad informativa de la OSCE.