Los fantasmas del terrorismo se agitan de nuevo en Estados Unidos

Por supuesto ninguno se ha acercado a los ataques con aviones contra el Pentágono y el World Trade Center de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, el más devastador de la historia contemporánea con más de 3.000 muertos . ¿Quién se imaginaba que se podía dirigir un ataque terrorista contra el corazón financiero del país más poderoso del mundo, hasta el punto de echar abajo dos gigantescas torres de 110 plantas, más de 500 metros de altura, 198 ascensores y una superficie de 800.000 m²? Pues ocurrió, dando comienzo a una nueva época de la historia contemporánea , interpretada por el presidente Bush como una declaración de guerra contra Occidente.

Antes del 11-S, el atentado con mayor número de víctimas de la historia del país se produjo el 19 de abril de 1995 , en Oklahoma, cuando un ex marine de extrema derecha, Timothy McVeigh, colocó un camión bomba a las puertas del Edificio Federal Alfred P. Murrah acabando con la vida de 168 personas, de las cuales 18 eran niños, y produciendo más de 500 heridos. Las imágenes del edificio absolutamente destrozado por lo el que se conoce como «el bombazo de Oklahoma» dieron la vuelta al mundo. Este chico de 27 años aficionado a las armas, hijo de un obrero de General Motors y de una agente de viajes, eligió la fecha como conmemoración del segundo aniversario de la Masacre de Waco. Y durante el juicio se declaró que la motivación del atentado fue vengar aquel asedio.

Dos años antes, el 26 de febrero de 1993, las Torres Gemelas de Nueva York ya habían sufrido otro ataque terrorista mediante un camión Ryder cargado con 680 kilogramos de explosivos, que puede ser considerado como el primer gran atentado de la historia de Al Qaida. Murieron seis personas y resultaron heridas otras 1.000, lo que puede considerarse casi como un milagro teniendo en cuenta que en el rascacielos trabajaban cerca de 40.000 personas en aquel momento. «La violentísima explosión que sacudió ayer desde el sótano hasta el último de los 110 pisos del World Trade Center, el segundo edificio más alto del mundo, ha sido causada por una bomba, instalada probablemente en un vehículo en un garaje del tercer piso por debajo del nivel de la calle», contaba el corresponsal de ABC en Nueva York. El atentado, que fue reivindicado por siete grupos diferentes, buscaba derrumbar la torre norte sobre la sur, pero en aquella ocasión no ocurrió.

Al igual que ocurrió este lunes en Boston, otro evento deportivo fue blanco de la ira terrorista en Estados Unidos. En esta ocasión se trata de los Juegos Olímpicos de Atlanta, cuando el 27 de julio de 1996 hizo explosión una bomba situada en los exteriores del Estadio Olímpico , causando la muerte de 2 personas e hiriendo a varios centenares. A raíz de aquel atentado se criticó la falta de seguridad en el evento . Pero a pesar de que la tragedia sembró el pánico y la polémica, ninguna prueba se suspendió ese día.

No todo han sido bombas. En 1984 se produjo el primer ataque bioterrorista, y el de mayor envergadura, de la historia de los Estados Unidos, cuando la cúpula de un grupo de seguidores de Rajneeshí intoxicó a 751 personas mediante la contaminación deliberada con salmonella en diez restaurantes de Oregón. Los autores esperaban incapacitar a la población de votantes de la ciudad para que sus candidatos ganaran las elecciones del condado de Wasco.

Y en septiembre de 2001, Estados Unidos sufrió una serie de ataques con ántrax durante varias semanas, perpetrados por Bruce Edwards Ivins, un bioquímico que trabajó en el centro médico militar de Fort Detrick. Según las conclusiones, Edwards, que se suicidó en 2008 por medio de una sobredosis, envió cartas que contenían esporas de carbunco a varios medios de comunicación y a dos senadores demócratas. El resultado de aquel ataque fue de cinco muertos y 22 personas infectadas.

Dicen que el atentado más traumático y luctuoso de la historia de Estados Unidos hasta el 11-S se produjo el 24 de noviembre de 1917 contra el Departamento de Policía de Milwaukee. Una bomba de pólvora negra envuelta como un paquete y atribuida a anarquistas seguidores de Luigi Galleani, provocó la muerte de nueve policías y una civil. El artefacto fue descubierto por una trabajadora social cerca de una iglesia católica. Se lo llevó al sacristán y éste a la comisaría más cercana. Cuando el paquete sospechoso fue llevado hasta el oficial a cargo para ser inspeccionado, explotó.

Un año antes se había producido un traumático atentado en San Francisco, cuando se celebraba un desfile por el «Preparedness Day», el día preparatorio previo a la entrada y participación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. Durante el desfile un maletín con una bomba fue detonado, matando a 10 personas e hiriendo a 40, siendo el peor acto terrista en la historia de San Francisco. Dos dirigentes del movimiento obrero, Thomas Mooney y Warren Billings, fueron juzgados y sentenciados a la horca, aunque luego fue conmutada por cadena perpetua.

El 16 de septiembre de 1920 se produjo el atentado contra Wall Street, en el que murieron nada menos que 38 personas y 400 resultaron heridos. Fue más mortífero que el hasta entonces atentado más sangriento de la historia, el que se produjo en 1910 contra el edificio de «Los Angeles Times» de los hermanos McNamara. En 1920, un carro tirado por caballos pasó entre la multitud y se estacionó frente a las oficinas del Banco Morgan, la esquina más activa del distrito financiero. En su interior había 45 kilogramos de dinamita que explotaron con un mecanismo de relojería. Además de los muertos, el caballo y el carro volaron por los aires.