Stanley G. Payne: «Las izquierdas impusieron una Guerra Civil y una dictadura que duró cuatro décadas»
La Segunda República, que murió y vivió entreguerras, se enfrentó a los mismo retos que borraron a otras jóvenes democracias por toda Europa
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Iniciar sesiónLa gran aportación del estadounidense Stanley G. Payne a la historiografía de España es su recordatorio de que el país no es un islote separado del resto del mundo. Y menos en el siglo XX. Lo que ocurre aquí suele estar muy influido ... por lo que ocurrió antes en los países vecinos y, a su vez, lo que acontece en la piel de toro acaba normalmente por causar temblores, más o menos intensos, en todo el continente. La Segunda República, que murió y vivió entreguerras, se enfrentó a los mismo retos que borraron a otras jóvenes democracias por toda Europa. En el aniversario de la caída de la Monarquía alfonsina y la proclamación de la Segunda República , el hispanista, con una visión internacional del periodo, responde en ABC Historia a algunas dudas sobre los mitos positivos y negativos de la que fue la primera democracia de la historia de España.
–¿Pudo Alfonso XIII evitar la caída de la Monarquía?
–El magnífico libro nuevo de Roberto Villa García , «1917» (Espasa), demuestra bien que Alfonso XIII fue un monarca parlamentario y constitucional responsable. Se asume que cometió un gran error en 1923 reconociendo el pronunciamiento de Primo de Rivera, pero la situación política había entrado entonces en un callejón casi sin salida. El error principal tuvo lugar al fin de 1925, no retirando la confianza una vez que Primo había resuelto los problemas principales. Habría provocado cierta crisis con el Ejército, tal vez, pero el Rey habría triunfado. En 1930-31 realmente no podía hacer nada ante la ineptitud, dejadez y desorganización de los monárquicos, pero el hecho de no haber actuado antes fue culpa del Rey. Alfonso cometió algunos errores, pero vivía una etapa muy difícil. Esencialmente Carlos Seco Serrano y Javier Tusell han tenido razón en su evaluación positiva del papel político del Monarca.
–¿Tenía el suficiente respaldo social la opción republicana?
–Como es típico de una sociedad en rápido desarrollo, la española estaba muy dividida. Si los grupos republicanos hubieran seguido el consejo del único jefe republicano experimentado y sabio, Alejandro Lerroux, y hubieran formado un sistema democrático amplio —en las palabras de Lerroux, «una República para todos los españoles»— habrían tenido un respaldo ancho y adecuado .
–Usted insiste en la actitud sectaria de gran parte de la izquierda una vez se proclamó la República como un obstáculo para que se creara una cultura democrática.
–El concepto puramente sectario de Azaña y de los republicanos de izquierda de crear un régimen «patrimonial» y exclusivista, muy anticlerical y dominado solo y totalmente por las izquierdas, nunca fue más que una receta para una dictadura. Y las izquierdas tuvieron éxito, impusieron una guerra civil y lograron una dictadura que duró por cuatro décadas, salvo que no era de ellas, sino de Franco.
«Los derechos civiles se respetaron más bajo la monarquía, hasta 1923»
–¿Cuáles fueron los principales errores de la República?
–Los problemas básicos de la república fueron los del incumplimiento de los derechos civiles, la falta de elecciones honestas y democráticas y luego de orden público. El régimen empezó con la restricción de derechos, que no se ampliaron hasta 1933, y después de la insurrección socialista se impuso, naturalmente, el Estado de guerra. De hecho, los derechos civiles se respetaron más bajo la monarquía, hasta 1923, que entonces.
–¿Llegó a ser una democracia plena en algún momento?
–Las únicas elecciones libres y democráticas fueron las de 1933, ganadas por el centro y la derecha moderada. Las izquierdas hicieron cuatro intentos diferentes de conseguir la anulación de los resultados, todo coronado por la insurrección socialista revolucionaria de 1934.
–¿Quién fue el máximo oponente a esta República?
–Al comienzo, los enemigos declarados fueron los comunistas y los anarcosindicalistas revolucionarios. Luego, en 1932, los monárquicos también pasaron a la oposición total, aunque jugaron con dos barajas, como los comunistas. Los socialistas pasaron a la revolución abierta en 1933-34, aunque dispuestos a usar la República como disfraz. Luego en 1935 los comunistas adoptaron una táctica múltiple y más sutil, de 'Frente Popular'.
–¿Y la derecha católica?
–El catolicismo nunca rechazó el régimen como tal, sino su legislación anticlerical, que deseaban cambiar fundamentalmente. Al origen los militares eran pro-republicanos, pero después de 1932, como buenos españoles , llegaron a estar más y más divididos. Por eso la insurrección militar de 1936 inicialmente no pudo triunfar. Los monárquicos en un lado y los falangistas por otro poco podían lograr por sí solos.
–¿La República empieza a fallar cuando vence el centro derecha en las urnas?
–Más bien al revés, la República finalmente tuvo una oportunidad seria de asentarse y consolidarse cuando los moderados ganaron las elecciones de 1933, abriendo paso para conseguir «una República para todos los españoles», con libertad para todos. Todas las izquierdas rechazaron esto de plano, creando la mise-en-scène por los desastres de 1934-36.
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