Kiko Rivera e Irene Rosales: aniversario de una relación improbable capaz de resistir a mil rumores y excesos

Qué tendrá este Kiko Rivera que tanta fama gasta de conquistador. Su currículum le avala. Antes de conocer a su actual mujer se le conocieron amoríos y después ha venido viviendo sujeto -junto a Irene Rosales- a múltiples rumores sobre presuntas infidelidades que él siempre ha negado. Lo concreto es que a efectos legales el Dj ha sentado la cabeza.

Se conocieron en 2014 por unos amigos en común. Antes, Kiko Rivera había tenido sus cosas, unas más y otras menos, con una larga lista: Noelia Cortés, Tamara García, Gaby Sánchez, Triana Ramos, Techi, Jessica Bueno... Pero con Irene Rosales fue diferente. Sintió un flechazo inmediato y a por ella que se fue.

Kiko Rivera desplegó todas sus artes de conquistador y le propuso participar en unos de sus videoclips, pero aquel primer plan presentó alguna fisura. Irene Rosales se presentó a la cita, pero Kiko, tras sufrir una pequeña ‹indisposición' la noche anterior, que fue larga, no se presentó. «Me dejó plantada», contaría la muchacha después.

Aun así, empezó una relación de amistad y poco a poco Kiko Rivera fue ganando terreno. Hasta que se puso serio y tras casi un año de flirteo se plantó: o empezaba una historia o adiós. Y ella dijo sí. Lo anunció en sus redes sociales y hasta hoy, 11 años después.

La pareja viviría un noviazgo de dos años y el 7 de octubre de 2016 decidía jurarse amor eterno ante el altar. Y aunque ha habido de todo -lo que se sabe y lo que se rumorea-, ahí siguen, como en una especie de desafío permanente a todo y a todos. En la salud y en la enfermedad, nunca mejor dicho.

Junto a los rumores, Irene Rosales ha tenido que convivir con los excesos confesados por el propio Kiko Rivera. Unos hábitos de vida poco saludables que incluso le han llevado al hospital. Ahora la mujer debe estar alucinando con el cambio de vida de su marido, entregado a un potente plan físico con el objeto de estar en forma para el Mundial de fútbol de streamers, donde representará a España.

La cima de la relación llegó con el nacimiento de sus dos hijas, Ana y Carlota, en 2015 y 2018 respectivamente. El máximo objeto de pasión de la pareja. Kiko Rivera siempre ha presumido de familia y hasta ha proclamado en sus redes: «Soy un hombre feliz», posando con mujer e hijos.

Ana llegó al mundo en diciembre del 2015 para cambiar algunas prioridades del Dj por completo (no todas, claro), si bien Kiko Rivera ya era padre de Francisco, hijo de su anterior relación con Jessica Bueno. La familia aumentaba con la llegada de Carlota el 30 de enero de 2018.

Han sobrevivido a todo: los problemas con las drogas del hijo de Isabel Pantoja, las penurias económicas, las tensiones familiares propias de un clan complicadísimo, la muerte de los padres de ella, el ictus de Kiko en 2022, los nombres de mujeres asociados a presuntas infidelidades, ciertas extravagancias y hábitos en la vida conyugal... Pero sí, siguen juntos, 11 años después.

Sus últimas publicaciones en Instagram bien exponen lo curioso de su relación, a tenor de sus caracteres y dedicaciones. Mientras ella enseñaba un modelito para una comunión, él subía un vídeo de una juerga muy loca en una piscina.