Harry habla sobre su pene «quemado» en el Polo Norte y cómo se lo curó con crema de Elisabeth Arden
El Príncipe relata en su biografía que probó todos los remedios caseros hasta pensar incluso que le iban a extirpar el miembro viril. También su trasero dio mucho que hablar a los tabloides
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La biografía del Príncipe Harry está revelando detalles muy íntimos que hubieran hecho felices a los tabloides, en caso de haberlo sabido. En este caso la realidad supera a algunas de las mentiras malintencionadas que sobre él se han filtrado. Sin ir más lejos, no tiene reparos en hablar de su pene y de su culo. Según él mismo cuenta, han sido de dominio público por lo que es hora de esclarecer la verdad sobre ellos.
Acostumbrado a hacer escapadas para alejarse del estrés real, en un viaje al Polo Norte, unas semanas antes de la boda de su hermano con Guillermo con Kate Middleton. Se perdió el Príncipe la explicación de los expertos sobre las condiciones árticas de no sudar, porque allí cualquier clase de humedad se congela al instante. Con tan mala suerte que a él le sudaban los pies y las piernas. Pero decidió no decir nada sobre sus quemaduras.
La víspera de la boda de Kate y Guillermo cenaron en Clarence House, con los padrinos de este, James y Thomas. Aunque se había contado a la prensa que era Harry para evitar que fuesen perseguidos antes de la celebración y pudieran seguir gozando de su tranquila vida. Allí confesó Harry que durante la expedición además de quemaduras en varias partes del rostro también se le había quemado el miembro viril. Él no quiso hablar de ello con su padre, a pesar de que su pene era un asunto de dominio público. La prensa había escrito largo y tendido sobre que ambos hermanos no estaban circuncidados. Algo que según él no es cierto ya que les dieron el tijeretazo de bebés.
«Mi pene fluctuaba entre la sensibilidad extrema y la antesala del trauma», bromea en el libro. Confiesa haber utilizado remedios caseros, entre ellos el de una amiga que le recomendó que se pusiese crema de Elisabeth Arden. La misma que dice Harry se ponía su madre para aliviar sus labios. Pero su amiga insistió en su eficacia y él se la puso en el pene antes de ir a ver un dermatólogo especializado en ciertas partes del cuerpo.
«Todo me cuesta, andar, sentarme y del sexo ni hablamos», recuerda Harry que le dijo al médico. Como cualquier humano había googleado sobre posibles efectos secundarios de la quemadura en el pene y había llegado a la conclusión de que podría ser necesaria «una penectomía parcial», una extirpación del extremo del miembro. A lo que el especialista le respondió que no, y que sólo el tiempo lo curaría y le prohibió la crema. Y así fue como lo recuperó según relata Harry.
Un trasero de portada
Durante un viaje a Las Vegas con amigos, no se les ocurrió otra cosa que organizar a altas horas de la madrugada, una partida de billar erótico con unas empleadas del hotel y dos chicas que habían conocido en las mesas de blacjack. A los 10 minutos de comenzar a jugar, Harry había perdido y estaba en paños menores. A la mañana siguiente el mundo entero estaba viendo su cuerpo desnudo. Una de las chicas invitadas había vendido las imágenes y se habían publicado en varios medios.
La confianza le traicionó y lo peor es que estaba disgustado no porque no saliese favorecido sino porque aquel descuido podría costarle el puesto a sus guardaespaldas a los que adoraba. Y peor aún, lo que pensaría Cress que por entonces salía con él y sus superiores del Ejército. Todos le apoyaron y consideraron que una vez más había sido un memo.
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