Dobrowolski niega haber intentado matar a Mainat: «Ni le hice daño, ni le hice sufrir, ni le fallé en ayudarle»
La ex del productor televisivo, que se enfrenta a 13 años de prisión, asegura que los medicamentos que éste tomaba para su tratamiento antiedad pudieron causarle la grave hipoglucemia que lo dejó en coma
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Barcelona
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Iniciar sesiónEntre sollozos, Ángela Dobrowolski ha negado este jueves haber intentado matar a su expareja Josep Maria Mainat provocándole un coma diabético, la madrugada del 23 de junio de 2020. «Ni le hice daño, ni le hice sufrir, ni le fallé en ayudarle», ... ha apuntando durante el juicio, en la Audiencia de Barcelona, por el que se enfrenta a 13 años de prisión, acusada de tentativa de asesinato. «Hice todo lo que pude por salvarle la vida», ha asegurado. Su explicación para la grave hipoglucemia del productor televisivo aquella fecha es el cóctel de medicamentos que éste ingería por el tratamiento antiedad que seguía, por el que ella le inyectó en cuatro ocasiones. Las dos últimas, cuando él ya estaba en cama.
La tesis de las acusaciones es que, una vez éste le anunció que iniciaría los trámites del divorcio, ella, a sabiendas de que en caso de separación quedaría excluida de la herencia, decidió matarlo. Dobrowolski ha rechazado tener cualquier interés económico, y ha explicado que, aquella noche, dio vueltas por toda la casa para «colocarse». La docena de veces que acudió a la cocina, abriendo la nevera -tal y como captaron las cámaras de seguridad-, fueron, según su relato, para buscar la droga que tenía escondida «por todos los rincones» de la vivienda familiar. Rechaza así que obedeciesen a buscar insulina para inyectársela a Mainat y causarle la muerte. Ya que, pese a ser diabético, el exintegrante de La Trinca no era insulinodependiente.
«Si yo hubiese querido matar a mi marido no lo hubiese hecho en la cama donde dormían mis hijos»
Ángela Dobrowolski
«Si yo hubiese querido matar a mi marido no lo hubiese hecho en la cama donde dormían mis hijos. Él sufrió hipoglucemias [anteriores] en la montaña y yo pedí ayuda a ciclistas [para pedir azúcar]. Segundo; ¿por qué habría llamado entonces el SEM [Sistema de Emergencias Médicas]?», ha justificado a preguntas de su defensa. Luego, ha tirado de ironía: «A pesar de mi maquiavélico plan, con mis conocimientos de Nobel de Medicina, llamo al SEM, ¿calculando que habría muerto ya?».
Al verlo con «la boca azul oscura», tumbado en la cama, «tenía miedo por su vida, pero di toda la información [a Emergencias], hice todo lo que tuve que hacer. Le incorporé, aseguré la vía aérea, le di glucosa. Yo no lo quise muerto. Lo vi al lado de mi hijo...yo no quise a mi marido muerto, yo lo quise conmigo», ha manifestado entre sollozos.
Tratamiento antiedad
Su relato ha comenzado rememorando los inicios de la relación con el productor. Ángela, de origen alemán, llegó a la capital catalana con 24 años. Estaba cursando un máster de Marketing. Fue así como, tras participar en una campaña de «modelaje», conoció a Mainat en «un lugar donde coinciden modelos con personas de la televisión». «Era joven, estaba muy sola en Barcelona y estaba muy abierta a amistades», ha rememorado ante la sala.
Primero entablaron una relación de amistad, «e interés intelectual», en palabras de ella. Luego él le confesaría que fue «amor a primera vista». Para ella, no. «Le admiré hasta que me enamoré». En sus inicios, nadie estaba «a favor» de la relación. «La percepción era que yo era una buscona y él un Flavio Briatore». Pero el romance avanzó hasta el punto de que el productor le dijo que era «el amor de su vida».
Ángela, según ha explicado ante el tribunal, quería casarse y tener hijos. Mainat era reacio. «Aceptó mi proyecto de vida, sino me hubiera marchado. Así que intentó solucionar mi parte profesional, montándome una empresa y se puso de acuerdo en que nos casásemos y tuviésemos hijos». Los dos escollos en la pareja, ha certificado ella, fueron «la edad y el factor económico».
Firmaron capitulaciones matrimoniales porque «al ser extranjera» -tiene nacionalidad española y alemana- Mainat temía que se pudiese aplicar otro «régimen» -en Cataluña, por defecto, se aplica la separación de bienes-. A Ángela le pareció bien. «Yo insistí: 'no quiero tu dinero, no quiero una carrera en televisión'. Dejamos claro que es lo que pasaría en caso de divorcio, pero también de muerte. De uno o del otro. Más en el momento en que me quedo embarazada, para asegurar la vida de nuestro bebé», ha detallado.
«No hubo espionaje para ver si yo estaba en la herencia. Por supuesto que estaba; lo hablamos él y yo»
Ángela Dobrowolski
Dobrowolski ha negado así haber espiado el correo de Mainat para conocer los términos de su testamento. «No hubo espionaje para ver si yo estaba en la herencia. Por supuesto que estaba; lo hablamos él y yo», ha atajado para rebatir la tesis de las acusaciones. Y es que Ángela también estaba acusada de un delito de revelación de secretos por haber accedido al ordenador del productor y reenviarse información relativa a los términos del divorcio y el testamento de éste. Finalmente, el exintegrante de La Trinca ha otorgado el denominado perdón del ofendido, por el que se retira la acusación por este delito.
Los problemas en la pareja llegaron, según Ángela, por sus propias adicciones. «Nunca quise abandonar a mi familia», ha apuntado. Se marchó de casa el 4 de enero de 2020. «Me voy llorando con una maleta a un hotel. Josep Maria ni siquiera se dio cuenta. Lo llamé dos horas más tarde para decírselo». El motivo de aquella disputa fue que él se había negado a darle un abrazo. «Estaba cansado de mis problemas de adicción».
«Tuvimos una crisis. Él no logró reencontrar su cariño hacia mí. Eso me frustraba y él me rechazaba. Yo huía de casa y me colocaba. Consumía mucha droga». Esa es la que explicación que la acusada ha dado a la ruptura de la relación, que ella nunca quiso abandonar.
«Tenías que haber llamado antes»: el reproche del técnico de Emergencias a Dobrowolski tras la hipoglucemia de Mainat
Elena BurésLa exmujer del productor, que se enfrenta a 13 años de prisión por intentar matarlo, alertó al 112 cuando éste ya estaba inconsciente
La fecha en la que, según las acusaciones, intentó matarlo, habían discutido. Luego cenaron con sus dos hijos y los cuatro se fueron a dormir, pero Ángela no lo conseguía porque «estaba acostumbrada a consumir droga». Dobrowolski empezó a 'colocarse' «cuando estaba económicamente en la posición de hacerlo, que fue cuando conocí a Josep Maria, y cuando él me dijo que estaba muy tiesa con sus amigos», ha apuntado. Otro «enemigo» contra el que estaban «luchando» fue el de «la edad, que en algún momento nos iba a separar».
«Mi marido y yo apostamos, los dos, por el 'antiaging'. Fue la base de nuestro matrimonio y nuestra familia. Cuando murió su hermano, entró en una crisis vital y no quería morir», ha indicado. Ese fue el motivo que los llevó a consultar con un doctor belga que diseñó un tratamiento para Mainat. El que ella asegura que le administró la noche que, según las acusaciones, intentó matarlo. Esa «filosofía» antiedad «le fue muy bien durante mucho tiempo». «Él me inspiró a estudiar medicina. Yo quise hacerlo para que nuestro futuro funcionara y para que él no muriera».
El doctor belga «se hizo nuestro dios. Sobre todo, de Josep Maria», ha relatado Ángela. Éste le recetó hormona del crecimiento, testosterona y, según la acusada, una lista de fármacos que no se dispensaban en España. También les conminó a practicar «la bulimia», porque, según el médico «loco», el bajo peso era uno de los caminos para la longevidad. El productor, según su exmujer, tomaba cada día una «montañita de pastillas», «40, 50 o 60».
«Estudié Medicina para seguir a Josep Maria en el 'antiaging', como base de nuestra familia, porque yo necesitaba mantenerlo vivo»
Ángela Dobrowolski
«Desde entonces Josep Maria practica la bulimia, no como un adolescente de 18 años con un trastorno de baja autoestima, sino como obseso que tiene un gurú internacional. Yo estudié Medicina para seguir a Josep Maria en el 'antiaging', como base de nuestra familia, porque yo necesitaba mantenerlo vivo», ha insistido Dobrowolski, que ha asegurado que fue ella misma quien, un día, al medirle los niveles de azúcar, detectó que este tenía diabetes tipo 2.
«Yo lo apoyaba y le intentaba corregir, lo hice lo mejor que pude y por eso tuvimos muchas peleas. Le decía 'estás limitando nuestra vida y te va a venir una hipoglucemia de rebote'. Tuvo hipoglucemias todos los meses anteriores. Hasta 40 o 30», ha relatado, para tratar de justificar que la madrugada del 23 de junio de 2020, ella no intentó matarlo, sino que el coma diabético que sufrió el productor fue provocado por los fármacos antiedad y su propio deterioro de salud.
Según la acusada, aquella noche, mientras buscaba droga por la casa, de forma desesperada, escuchó unos «ronquidos que no eran normales». Cogió el móvil para encender la linterna y evitar así encender la luz y despertar a los niños. Entonces vio «la cara de Josep Maria al borde la muerte». Según ella, antes se había quejado de un mareo, y por eso le midió los niveles de azúcar en sangre.
«En el momento que veo la cara de mi esposo semimuerta, al lado de mi hijo, hay un segundo de 'shock' y lo siguiente que hago es, saltar de la cama, abrir la puerta del despacho, y cojo el sobre de glucosa que tengo yo, que he comprado yo, y que he colocado en todas partes de la casa, que son 75 gramos de glucosa concentrada para ciclistas y se lo digo al SEM». En aquella situación, «colocada, con miedo», después de haberle «pinchado una cosa nueva, no le presté atención y mientras tanto él estaba muriendo», ha lamentado. Después hizo «todo lo posible para salvarle la vida».
Ese ha sido su relato. Durante su declaración, que se ha extendido durante una hora, ha pretendido justificar, primero, que aquella noche se encontraba bajo el efecto de estupefacientes, lo que podría suponer un atenuante. Y, después, que el coma de Mainat no lo provocó ella inyectándole insulina, como determinó uno de los médicos que lo atendió, sino los fármacos antiedad. El juicio continuará mañana con los informes finales.
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