Mainat, sobre Dobrowolski: «Me cuesta mucho aceptar que me provocase un coma profundo para causar mi muerte»
La expareja del productor televisivo se sienta este lunes en el banquillo por intentar matarlo con una inyección de insulina, que tenía contraindicada. La víctima apunta que la mujer no tiene «la cabeza en su sitio»
La Fiscalía pide para ella 13 años de prisión por la tentativa de asesinato al productor televisivo y tres más por revelación de secretos
Barcelona
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Iniciar sesiónCuando el productor televisivo Josep Maria Mainat ha entrado en la sala donde se celebra el juicio contra su expareja Ángela Dobrowolski, acusada de intentar asesinarlo inyectándole insulina, se ha girado expresamente para mirarla a la cara. Durante su declaración, el exintegrante de ... La Trinca ha explicado que le gustaría que se demostrara que ella no intentó matarlo. «Que explicara lo que no ha explicado. Me cuesta mucho aceptar que una persona con la que tuve dos hijos me provocase un coma profundo para provocarme la muerte. Creo, simplemente, que su cabeza no está en su sitio. Ha puesto bombas…ha hecho cosas tan absurdas», ha apuntado este lunes durante la vista, en la Audiencia de Barcelona.
A preguntas de la defensa de Dobrowolski, Mainat ha apostillado: «Sólo quiero que la condenen si intentó asesinarme. Si un tribunal la condena va a ser uno de los días más tristes de mi vida. No es lo que habré ganado, sino lo que habré perdido», ha sostenido. La Fiscalía pide para ella 16 años de prisión. De ellos, 13 por la tentativa y los tres restantes por revelación de secretos. Por su parte, la acusación particular solicita una condena de 14 años de cárcel.
La tesis acusatoria es que, una vez iniciado el proceso de divorcio, Dobrowolski descubrió, espiando el ordenador de su aún marido, que no sería una de las beneficiarias de la herencia. Este habría sido el móvil por el que, la madrugada del 23 de junio de 2020, la mujer despertó a Mainat con la excusa de inyectarle medicamentos para adelgazar. En realidad, le habría suministrado insulina, que la víctima tenía contraindicada por su diabetes, lo que provocó que entrase en coma por una grave hipoglucemia. Tras medirle el azúcar en varias ocasiones, Ángela acabó alertando a Emergencias.
«Sólo quiero que la condenen si intentó asesinarme. Si un tribunal la condena va a ser uno de los días más tristes de mi vida»
Josep Maria Mainat
Aquella tarde ambos habían discutido. «Le comuniqué que al día siguiente iba a presentar los papeles del divorcio. Eso le sentó muy mal. Entró un poco en estado de pánico. Nunca la había visto tan alterada. Le dije 'vamos a calmarnos, lo dejamos aquí y mañana hablamos'», ha rememorado Mainat ante el tribunal. «Lo siguiente que recuerdo es que ella me despertó sobre las dos de la madrugada y me dijo: 'Voy a ponerte dos inyecciones más'. Le dije: 'Estoy descansando, no hace falta'». Ella insistió y el productor accedió. «Me puso las inyecciones y lo siguiente que recuerdo …porque me quedé inconsciente por la visto...es a un enfermero del SEM diciendo 'señor Mainat, despierte, despierte. Está en coma'».
Después, lo trasladaron hasta el hospital, donde fue a verlo su hijo Pol que, durante su declaración ante la sala, ha recordado haber encontrado a su padre con «los labios blancos». «Me acojoné, era la cara de alguien que está a punto de morir», ha apuntado. El progenitor, igual que había hecho con una empleada de hogar, le dijo que Dobrowolski había intentado matarlo. Aunque no lo había denunciado, ella lo había maltratado en ocasiones anteriores -por lo que fue condenada hace unos meses-.
El doctor que atendió a Mainat en el hospital trasladó a su hijo que «no tenía ninguna duda de que le habían inyectado insulina». Pol ha cuestionado la versión de la pareja de su padre -a la que ha tildado de «diablo»- que, a petición de su defensa, no declarará hasta el último día de juicio. «Mi padre me dijo que ella quería 'meterle' algo para adelgazar. Pero nadie 'se mete' nada para adelgazar a les tres de la mañana. Eso es mentira», ha apuntado el primogénito del productor.
Iniciados los trámites de separación, Ángela había abandonado el domicilio familiar de Barcelona seis meses antes, en enero de 2020. El matrimonio, con dos hijos menores, mantenía «bastantes discusiones», según ha certificado el propio Mainat. Dobrowolski incluso llegó a agredirlo, pero no la denunció hasta después del presunto intento de asesinato. Unos días antes de esa tentativa, Mainat descubrió que ella se había reenviado desde su cuenta de correo documentación relativa al divorcio y a la modificación del testamento, debido a la ruptura. Información que localizó espiando el ordenador de su pareja.
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Ángela no trabajaba, sino que mientras duró su relación, constaba como administradora de una de las sociedades de su marido, por lo que percibía un salario. Cuando cesó la convivencia, ésta aún contaba con una tarjeta de crédito a nombre de Mainat, con la que disponía de unos 5.000 euros mensuales, según ha certificado él mismo. Dobrowolski sabía que su marido no tomaba insulina para tratar su diabetes, sino unas pastillas. Es más, se encontraba cursando quinto curso de Medicina. Cuando el sufría algún «bajón» de azúcar, ella solía llevarle un refresco azucarado. Para controlar los niveles de azúcar en sangre, empleaban el glucómetro.
Dobrowolski se drogaba, «vivía con una gente no muy recomendable y tenía un estado mental bastante alterado»
Josep Maria Mainat
El mismo aparato que, aquella noche, habría usado la mujer en varias ocasiones para comprobar como el estado de Mainat empeoraba aunque, pese a ello, esperó durante un largo rato hasta alertar a Emergencias. Entre las tesis que baraja su exmarido es que «si en algún momento, ella, por su consumo, o estando 'colocada'» pensó en matarlo, «luego llamó al SEM... como una forma de intentar solucionarlo». El suceso llevó a su hijo Pol a contratar seguridad para su padre, para que Ángela no pudiese acercarse a él. Según un informe reciente, Dobrowolski sufre un leve trastorno de personalidad.
Por aquella época, según ha certificado su expareja, se drogaba, «vivía con una gente no muy recomendable y tenía un estado mental bastante alterado». El juicio continuará mañana, martes, con la declaración de ocho testigos. Entre ellos, dos agentes de los Mossos d'Esquadra.
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