Mómö, un viaje en metro para tomar un kebab único

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Laura Pintos

Es un bar con alma canalla especializado en chilaquiles y tacos. Abrió después del éxito de su formato inicial en 'delivery'

Sus jóvenes dueños querían montar algo original, sin complejos a la hora de fusionar cocinas, y que ofreciera comida al paso pero divertida y de calidad. Aficionados al kebab turco o griego, sobre este plato construyeron su propuesta: al pan de pita lo rellenan de pollo o carne hecho al momento, le añaden algunas verduras y salsas, lo enrollan y lo envuelven en papel.

No parece haber novedad, pero la hay en cada paso. El pan es casero, algo más húmedo que el tradicional y hecho siempre en el día. El pollo y la carne no se laminan, sino que se ponen en trozos cocinados al carbón en una robata, la típica parrilla japonesa, a la vista. Las salsas -hay cuatro para elegir- son recetas propias, con un toque mexicano en sus picantes e igualmente elaboradas allí. El papel... dicen los emprendedores que les "costó mucho encontrarlo, hasta que dimos con él: lo queríamos dorado, y no había manera de conseguir uno con las prestaciones, entre ellas de conservación del calor, que queríamos".

Mómö Kebab

• Qué pedir: todo lo que hay.
• Perfecto para: una sabrosa comida al paso para llevárselo a casa.
• Precio cerveza: 2,90 euros.
• Precio kebab: 8,90 euros.
• Dirección: C/Hartzenbusch, 9. Abre todos los días, de 13 a 16.30 y de 20 a 23.30 horas. momokebabnotkebab.com

Gastronomía con alma pop. Es la que presenta Mòmö, con su lograda decoración pastel como de película y su carta brevísima en la que no se admiten devaneos: solo hay kebab de estas dos proteínas (a 8,90 euros el de pollo, 9,90 el de ternera) y dos postres (tres leches de pistacho y tres leches de cajeta, 3,50).

Tan osados y seguros están de su comida que también han renunciado a las clásicas patatas fritas, aquí hay papines, unas patatas pequeñitas hechas también al carbón y aderezadas con mantequilla negra y cilantro (3). Nada más, y nada menos.

El singular local temático -en la decoración participó una empresa de carpintería para marcas de gran lujo de uno de los socios- se completa con una pantalla para hacer el pedido al entrar, a la manera de alguna conocida cadena de hamburguesas, y con unas neveras verticales para coger las bebidas directamente.