¿Cuántas tazas de café son demasiadas al día?

Y es que, independientemente de si a uno le gusta más o menos su sabor o de si se le pone leche o no, la cafeína es lo más buscado de toda taza de café porque este compuesto estimula el sistema nervioso y funciona como un activador para muchos. Tal es su 'poder', que incluso muchos investigadores alertan de que a según a qué horas puede llegar a afectar negativamente en el sueño. Otros beneficios a nivel de salud, como la prevención ante una diabetes o el cáncer de mama, han sido vistos en varios estudios.

Independientemente de lo que digan los expertos, lo cierto es que cada uno suele fijar sus límites sobre el café. Tomarlo después de comer pero no más tarde de las cinco de la tarde, por ejemplo, o poner un límite a las cantidades diarias es un clásico en todas las casas. Y este último ejemplo es, seguramente, el más repetido porque se teme que un exceso de esta sustancia pueda ser perjudicial. Saber cuántos cafés puede tolerar un humano al día y tener claro cuándo es mejor no tomar uno más es una cuestión fundamental.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa) tiene información al respecto, ya que su Comisión Técnica de Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias ha elaborado varios contenidos al respecto. Partiendo de la base de que una taza tiene entre 80 y 100 milígramos de cafeína se aconseja no superar una ingesta diaria de más de 400 mg, o lo que sería lo mismo que un máximo de cuatro tazas.

Igualmente, la Esfa insta a no consumir dosis dobles de café, de unos 200 mg cuando uno vaya a realizar un ejercicio físico intenso en las dos horas posteriores por prevención. Además, puntualiza que las cuatro tazas sí que pueden ser malas para las embarazadas: a ellas se les aconseja no rebasar los 200 mg al día, puesto que esta cantidad «no tiene efectos perjudiciales para la salud del feto».

Además, el organismo europeo fija que tampoco hay estudios que confirmen que las personas de edad avanzada puedan verse afectadas por un exceso de café. Igualmente, se recuerda que los niños y adolescentes procesan, como mínimo, la cafeína igual que los adultos y se aconseja que si un menor toma café (o alguna otra bebida con cafeína) no supere en ningún de los casos los 200 mg de cafeína al día.

La Esfa deja constancia además de que 100 mg de cafeína, lo que puede tener un café, «puede afectar a la duración y a los patrones del sueño en algunos adultos, especialmente si se consumen cerca de la hora de dormir«.