Ruth Lorenzo, a por la Champions de la música
La murciana sueña con lograr esta noche el triunfo que España persigue desde hace casi medio siglo en Eurovisión. La "mujer barbuda" Conchita Wurst y la sueca Sanna Nielsen, favoritas
JAVIER ESCARTÍN
Frente al palmarés brillante del fútbol español en las competiciones europeas, plagado de éxitos y títulos, Eurovisión se ha convertido en la frustración anual de nuestras aspiraciones continentales. En la "Champions" de la música, los ecos del "La la la" de Massiel y el "Vivo ... cantando" de Salomé suenan ya demasiado lejos; reminiscencias de una época dorada para España en el festival que ahora parecen casi ficticias en esta tortuosa travesía por el desierto que se prolonga ya durante 45 años.
Pero si alguien sabe lo que es vencer a la adversidad para conseguir un sueño es precisamente Ruth Lorenzo, nuestra apuesta este año para conseguir al fin el ansiado triunfo. De pequeña aprendió a cantar de forma autodidacta porque su familia, de origen humilde, no podía pagarle las clases de canto. A los once años, cegada por el sueño de triunfar, emigró a Utah y allí, mientras ordenaba latas de ketchup en un almacén, imaginaba que en realidad estaba sobre el escenario de un gran estadio cantando ante miles de personas. Después volvió a España y se presentó al casting de «Operación Triunfo», donde no fue elegida. Pese a la negativa, no se dio por vencida y meses después viajó hasta Londres para intentarlo una vez más en «X-Factor». Y allí, sus sueños se hicieron realidad.
Ahora, la meta es Eurovisión. Y para ello se presenta con "Dancing in the rain", un tema cargado de optimismo y esperanza. "Hoy, puede que no salga el sol. Pero aunque llueva tú y yo sabremos bailar, nadie nos puede parar", dice la canción con la que quiere cautivas a los más de 170 millones de espectadores que verán la gran final del certamen que este año se celebra en Copenhague. Pero para que vuelva a salir el sol para España en Eurovisión, la murciana tendrá que superar a fuertes rivales en una edición sin un claro favorito para el triunfo. Uno de ellos es la "mujer barbuda" austriaca Conchita Wurst, cuya candidatura viene precedida de una agria polémica después de que varios países del este pidieran que no se emitiera su canción y de que incluso el representante armenio de este año, también con opciones para ganar, la descalificara públicamente. Pero con un gran derroche de voz y una puesta en escena imponente, la artista despliega sus alas como el ave fénix de su canción y se convierte en una rotunda favorita a una victoria que se le resiste a Austria desde 1966.
Los países escandinavos tampoco se lo pondrán fácil. La sueca Sanna Nielsen, que se presentó siete veces a la preselección de su país hasta conseguir el billete para Eurovisión, lidera las casas de apuestas con su delicada balada "Undo". Los daneses, mientras, apuestan por el "Cliché love song" de Basim, un artista de origen marroquí cuyo estilo recuerda mucho al del cantante norteamericano Bruno Mars. El country de los neerlandeses The Common Linetts y el tema del húngaro András Kállay, que denuncia el maltrato infantil, son otras de las fuertes opciones.
Nuevo vestido para la final
Pero Ruth Lorenzo tiene a su favor la superstición del número de actuación. La murciana cantará en el puesto 19, el mismo lugar que le tocó a Pastora Soler hace dos años cuando quedó décima en el único top10 para España en las últimas ediciones. También tuvieron mucha suerte en ese puesto Betty Missiego, segunda en 1979, y Sergio Dalma, cuarto en 1991. Y, sobre todo, cuenta con toda la confianza que ha depositado en una actuación "sobria pero elegante", según sus palabras, con la que asegura que los españoles se sentirán orgullosos pese a que finalmente no podrá contar con la ansiada lluvia que pedía para su escenografía. Además, lucirá un nuevo vestido después de que el inicial no consiguiera el efecto deseado en pantalla y tuviera que comprar in extremis otro diseño en una tienda de Copenhague. Este nuevo traje, de Karim Desing, es de línea sirena y va realizado en encaje con paillettes de color plata sobre una base de tono rosa nude. Y a falta de agua real, Lorenzo ya saldrá con el pelo mojado al escenario para potenciar el mensaje de su canción. Todo para que, después de la lluvia, salga de nuevo el sol para nuestro país en Eurovisión.
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