Vox respira aliviado y atisba «un rayo de esperanza» en Cataluña

Durante la recta final de campaña, desde Vox se repetía que el objetivo era «consolidar» su presencia en Cataluña pese al ascenso seguro que tendría el PP (y que se confirmó ayer en las urnas), pero eran mucho más prudentes sobre la posibilidad de crecer. Las cautelas saltaron por los aires al trascender los resultados de los primeros sondeos realizados a pie de urna y las redes sociales de Vox ya se lanzaron a pedir a sus simpatizantes que salieran a la calle a celebrar con ellos la noche electoral. Con más del 98% escrutado, los de Santiago Abascal logran mantener en Cataluña los once escaños con los que han contado la última legislatura y mejorado ligeramente su porcentaje del 7,67% al 7,95%, creciendo en más de 28.000 votos.

Lo que no lograban digerir era haber perdido en su particular batalla con el Partido Popular por la cuarta plaza en el Parlamento, algo que en privado reconocían que les hubiera dado cierta satisfacción pero que en público insistían en restar importancia. Dirigentes autonómicos del partido achacaban el resultado de Alejandro Fernández a una ola creciente en toda España favor del PP, no a su trabajo en Cataluña. Tampoco Santiago Abascal pudo ocultar cierto resquemor en su comparecencia, donde subrayó que los de Alberto Núñez Feijóo no lograron tampoco en Cataluña cumplir con su «obsesión» de derrotar a Vox. «Nosotros aspiramos a cosas más grandes, en Cataluña aspiramos a derrotar al separatismo», replicó.

En cualquier caso, destacó que ambos partidos suman juntos 26 escaños, por encima del mejor resultado histórico obtenido nunca por los populares. Eso les debería haber «reflexionar» sobre «la gigantesca mentira de la división del voto», dijo Abascal, aunque dejó claro que aunque sumen no son «la misma cosa» y defienden postulados diferentes.

En cualquier caso, Vox insistía ayer en que lo más importante estaba más arriba, en la suma de partidos de izquierdas o independentistas. «Es un mal resultado para Cataluña, un mal resultado para España y, por tanto, un mal resultado para Vox», decía ya a primera hora de la noche electoral su portavoz parlamentario, Joan Garriga. Pese a todo, Abascal sí que sostuvo que el resultado de ayer abre «un rayo de esperanza» en Cataluña, con un ligero descenso del separatismo y la consolidación de Vox. «Sin que los resultados sean excelentes para España, se abre un pequeño rayo de esperanza. El separatismo ha bajado y Vox se ha consolidado», insistió sacando de esa ecuación al PSC, que cree que se ha comportado «como un partido separatista más».

En cualquier caso, el candidato y líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, ya avisó de que su línea durante esta legislatura será la misma, combate a la inmigración ilegal, a la «islamización» de toda España y a los problemas de seguridad. «No les vamos a defraudar, estos tres años de oposición al separatismo y al socialismo no tienen nada que ver con los cuatro años que vamos a liderar a partir de ahora», avisó.

Vox celebraba también con satisfacción el resultado por la línea ascendente que marca en su trayectoria personal. De un mal resultado en las generales de julio del pasado año, en las pasaron de 52 a 33 escaños, y de no haber logrado entrar en el Parlamento gallego; consiguieron mantener la diputada en los pasados comicios del País Vasco y mantener escaños este domingo en Cataluña. «Esto marca trayectoria», respiraba aliviado un dirigente.

Ahora, el objetivo son las elecciones europeas, en las que Vox aspira a seguir creciendo. «Parece que tampoco no nos hemos muerto de esta. Lo de matar a Vox no va a ser tan fácil», ironizó Abascal. «Vox aumentó en voto y porcentaje en Galicia, aumentó en el País Vasco y ha aumentado en Cataluña; y Vox, en contra de cualquier pronóstico, aumentará voto y porcentaje en las próximas elecciones europeas y cada convocatoria electoral que nos pongan por delante», avisó el líder, que finalizó su discurso con un «visca Cataluña y viva España» coreado por sus seguidores. Después, como es tradición, el himno de España acompañado por el ondear de decenas de banderas nacionales.