Santiago Abascal asume que la victoria de Vox en unas elecciones generales está aún «alejada»

Aunque Vox obtuvo dos diputados más que en 2018 en el Parlamento andaluz, subió de doce a catorce, el resultado se interpretó como un fiasco por dos motivos: primero, porque desde el partido esperaban al menos duplicar su anterior marca; y segundo, porque confiaban en que el PP los necesitase para superar la mayoría absoluta y, en ese escenario, iban a exigir entrar en el Gobierno autonómico, como hicieron ya en febrero en Castilla y León. El impulso que buscaban con la candidatura de Macarena Olona, entonces diputada estrella en el Congreso, no se produjo.

Abascal reconoció en la radio que no habían sabido convencer al electorado andaluz y dijo que internamente han hecho mucha autocrítica, pero que no es partidario de lavar los trapos sucios fuera de casa. El presidente de Vox aceptó que los andaluces optaron por priorizar el cambio introducido en la Junta tras décadas de monopolio socialista, pero prometió que con su partido sería aún mayor.

En esa tesitura, el dirigente derechista anunció un cambio en la manera de proceder de los suyos, tras peticiones de afiliados en ese sentido. Vox desvelará sus candidatos a las elecciones municipales de mayo del 2023 antes de que termine este año. Hasta ahora, el partido se reservaba el nombre de sus cabezas de cartel hasta que ya estaban convocados oficialmente los comicios. Se hizo en Castilla y León con Juan García-Gallardo, un 'desconocido' que ahora es vicepresidente autonómico, y se repitió con Olona en Andalucía, pese a que su nombre llevaba meses en los mentideros.

En cualquier caso, pese a la ralentización sufrida en Andalucía, Abascal reclamó a sus afiliados y simpatizantes que no se pongan «nerviosos» y recordó que hace solo tres años y medio su formación tan solo tenía «seis empleados». Ahora, está presente en la mayor parte de los parlamentos regionales y cuenta con 52 diputados en la Cámara Baja; la tercera mayor fuerza política solo por detrás del PSOE y del PP.

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En la entrevista, volvió a dirigir mensajes al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a quien emplazó a construir una alternativa «de verdad» al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, empezando por derogar las leyes de memoria en Andalucía y en Castilla y León. En el debate sobre el estado de la nación Abascal rebajó su tono habitual pese a protagonizar un discurso muy ideológico, y evitó el rifirrafe con el PP. «Hay una responsabilidad prioritaria que es echar a Pedro Sánchez y al Frente Popular».