Debate sobre el estado de la nación
Abascal modera sus formas pero incide en su discurso antielitista
El líder de Vox plantea una alternativa total al sanchismo y pide al PP dar la batalla cultural
Madrid
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Iniciar sesiónEl discurso de Santiago Abascal en el debate sobre el estado de la nación, como advertían estos días en Vox, fue «previsible». Muy crítico no solo con el Gobierno, sino con la Unión Europea (UE) y la globalización, alertó ... contra la «prohibición» de debates que a su entender promueve la izquierda en cuestiones como el aborto y la eutanasia, pero también el cambio climático. El fondo fue muy similar al de la moción de censura que encabezó contra Pedro Sánchez en 2020, pero las formas distaron de las de aquel día, en el que salió mal parado, especialmente, de su encontronazo con el entonces líder de la oposición, Pablo Casado, hoy ya fuera de la política.
Aquel día, aunque las crónicas parlamentarias dieron como 'ganador' del debate a Casado, muy duro en su réplica a Abascal, se constató el difícil entendimiento entre el PP y Vox para construir una alternativa a la suma de PSOE, Unidas Podemos e independentistas. Ahora la situación es bien distinta. PP y Vox comparten gobierno en Castilla y León, pero la intención de Alberto Núñez Feijóo al frente de los populares es sumar la suficiente fuerza para poder gobernar en solitario, como sucedió en Andalucía con la mayoría absoluta de Juanma Moreno.
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Quizá con ello en mente, Abascal suavizó significativamente sus formas. Con menos histrionismo, menos aspavientos y sin alzar la voz, dirigió el grueso de sus críticas a Sánchez, contra el que prácticamente planteó una enmienda a la totalidad a su gestión, pero no se olvidó de sus reproches al PP. Se dirigió a Núñez Feijóo, sentado ayer junto a Cuca Gamarra en el Congreso, pero sin posibilidad de intervenir por no ser diputado, y prácticamente se disculpó con él a sabiendas de que este no podía responderle.
«Nos comprometemos a derogar toda la porquería legislativa extremista»
Con «respeto», pero también con claridad, echó en cara a Núñez Feijóo que se limite a abordar la economía –algo que desde luego no sucedió ayer en el discurso de Gamarra– y deje de lado lo que el dirigente gallego ha definido alguna vez como «debates estériles». «La izquierda dice que hay debates prohibidos y muchas veces ustedes –apuntó Abascal señalando a la bancada popular– dicen que son debates estériles».
Abascal, en oposición al PP, quiso dar la batalla de las ideas, la batalla cultural, como hizo, presumió, cuando su partido fue el único en llevar al Tribunal Constitucional los estados de alarma que este órgano terminó declarando inconstitucionales. «Estados de excepción encubiertos». En esa pugna ideológica, Abascal enumeró ayer el aborto, la eutanasia, la inmigración irregular, el cambio climático, la memoria, la violencia de género...
El líder derechista sacó a relucir su repertorio usual, pero pasando de puntillas por el marco conspiratorio que estableció en otoño del 2020, cuando se dejaba atrás lo peor de la pandemia del Covid-19. Apenas mencionó a China, país que saca Abascal en todos sus análisis, y no aludió al afamado empresario George Soros, por más que Sánchez le pusiese el anzuelo en la réplica. Sí cargó, reiterativo, contra la Agenda 2030 de «los poderosos».
«La incorporación de ETA a la dirección del Estado se ha llevado casi hasta el extremo pornográfico»
«Nos comprometemos a derogar toda la porquería legislativa extremista que se ha traído a esta cámara. Desde la ley de suicidio climático, a la ley de promoción del aborto, a la eutanasia, a las leyes de género que han acabado con la igualdad real», clamó Abascal elevando el tono, en el punto de más decibelios de su intervención.
Como Gamarra antes que él, pero sin permitir que copase el grueso de su discurso, Abascal censuró a Sánchez por sus pactos con Bildu y aprovechó para incluir su habitual argumento de que el Gobierno es «ilegítimo» por faltar a sus promesas electorales. «La incorporación de ETA a la dirección del Estado se ha llevado casi hasta el extremo pornográfico de que sea Bildu quien decida la memoria de los españoles», atizó Abascal, en una crítica a la Ley de Memoria Democrática, que se aprobará mañana en el Congreso con los votos de la coalición que integra a los herederos de la ilegalizada Batasuna.
«Pérdidas de 6.000 millones»
En cuanto a las medidas anunciadas por Sánchez, como el impuesto a los beneficios de las energéticas y el impuesto a las grandes entidades financieras, Abascal advirtió al presidente de que llevará a España «a la ruina»: «En los minutos que ha anunciado impuestos de 1.500 millones de euros a la banca, ha provocado pérdidas de 6.000 millones».
«Hemos traído quince propuestas. Nos vale que acepte una: que se marche»
Vox acude a este debate sobre el estado de la nación con quince propuestas de resolución, entre ellas una de rechazo global a la propuesta de comunicación del Gobierno. «Lo más razonable es que dimita. España necesita cuanto antes que usted se vaya para combatir la ruina que nos deja. España necesita una alternativa completa a todas sus políticas. Le hemos traído quince propuestas, nos vale con que acepte una: que se marche», dijo Abascal a Sánchez, al término de su intervención inicial.
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