Sánchez califica de «inaceptable e inexplicable» que México vete al Rey en la toma de posesión de la nueva presidenta

En una comparecencia ante los medios en la sede de la Misión Permanente de España ante la ONU, donde asiste a la Semana de Alto Nivel de Naciones Unidas, Sánchez ha explicado que España no puede aceptar esa exclusión y que, por eso, ha decido no enviar a ningún representante a la toma de posesión. En este sentido, ha añadido que este asunto, que atribuyó a «un interés político», le genera frustración por lo que supone para las relaciones entre dos países hermanos.

El jefe del Ejecutivo, que se ha referido al asunto como una «crisis diplomática con México», ha evitado comentar su conversación privada con Sheinbaum en la que, según ha explicado la propia presidenta electa de México, se le comunicó la exclusión del Rey. «Yo, sobre las conversaciones que mantengo, en este caso con la presidenta electa de México, no voy a hacer ninguna declaración, porque permanece en el ámbito de la discreción», ha zanjado.

Sánchez se ha referido a México como a «un país hermano», e incluso, abundando en el mensaje, ha señalado que «somos pueblos hermanos, y por tanto, nos parece absolutamente inaceptable el que se excluya la presencia de nuestro jefe del Estado», ha afirmado, recordado además que Felipe VI «ha asistido a todas las tomas de posesión» de presidentes en Latinoamérica, ya desde su época de Príncipe de Asturias, como ha recordado el propio jefe del Gobierno.

El jefe del Ejecutivo ha evitado pronunciarse sobre el hecho de que, aun no siendo miembros del Gobierno ni de la administración, dos importantes dirigentes de su socio de coalición, Sumar, como su portavoz parlamentario Íñigo Errejón, y el diputado Gerardo Pisarello, sí vayan a asistir a la toma de posesión de Sheinbaum. En el caso de Pisarello, además, se trata de un miembro de la Mesa del Congreso de los Diputados.

Sánchez ha mostrado además su decepción e incluso su «enorme frustración» por el hecho de que sea un gobierno extranjero de su misma tendencia ideológica con el que se haya producido este conflicto. «Son gobiernos progresistas, el que ha habido hasta ahora en México, con López Obrador [Andrés Manuel López] al frente, ahora también con la presidenta electa... nosotros somos también un gobierno progresista, y parece que no podemos normalizar nuestras relaciones políticas por algo que, en fin, con todos los respetos, yo creo que España ya ha fijado una posición de empatía con la sociedad mejicana», afirmó, en referencia velada a las exigencias de aquel país de que nuestro país pida perdón por la conquista de hace siglos.

En esa misma línea, Sánchez recordó en tono elogioso la actuación del expresidente mejicano, Lázaro Cárdenas, cuando en la posguerra acogió a exiliados de la Guerra Civil y de la dictadura franquista, facilitándoles incluso medios marinos para hacer el viaje.