El 60 % de los españoles prefiere una repetición electoral tras el resultado «negativo» del 23J

La encuesta, realizada entre el lunes y el viernes de esta misma semana, permite medir por tanto el impacto en los votantes de todo lo que ha ocurrido durante esos cinco días. Empezando por la primera imagen del número tres del PSOE, Santos Cerdán, con el prófugo Puigdemont en Bruselas frente a un mural con urnas ilegales de 1-O y siguiendo por el acuerdo con ERC para la amnistía de todos los encausados por el 'procés' (incluidos quienes lo están por acciones tipificadas como terroristas), la condonación de 15.000 millones de euros de deuda con el Estado y el compromiso de seguir dialogando sobre un referéndum de independencia; así como la decisión de Puigdemont de resistirse a dar el 'sí' a Sánchez, lo que impide a éste fijar ya una fecha para su investidura mientras pasan los días.

Todas estas cesiones, que eran rechazadas por el propio PSOE hasta la misma noche del 23J e incluso después, han tenido su efecto sobre la opinión pública. También entre los votantes socialistas, pues uno de cada tres (35%) ve mejor una repetición electoral en estas circunstancias. Y exactamente lo mismo ocurre con los de Sumar. Incluso uno de cada cuatro electores nacionalistas o separatistas (25%) se inclinan por nuevos comicios.

Ese porcentaje se dispara y es casi unánime en la derecha: más del 90% de quienes optaron por el Partido Popular o Vox este verano creen que es necesario volver a las urnas después de Navidad. Todo ello, con la imposibilidad de otra alternativa de Gobierno tras la investidura fallida de Feijóo, se explica por el rechazo que genera entre los encuestados el resultado de las elecciones generales del 23 de julio. Más del 56% lo valora como «negativo», un porcentaje similar a ese 59,3% que, en consecuencia, se decanta por la repetición electoral.

Llama la atención que, pese a que ese resultado del 23J dejó al candidato del PSOE como el único con opciones reales de ser investido presidente del Gobierno, los votantes socialistas se dividen a partes iguales entre quienes lo valoran positiva (46%) y negativamente (44%); incluso para un 7% es indiferente. En ese 44% están muchos socialistas que votaron a Sánchez para que mantuviera opciones de seguir en La Moncloa, incluso descontando una nueva coalición en este caso con Sumar, pero con los escaños suficientes para no depender en última instancia al menos de un prófugo como Puigdemont.

La foto de Cerdán ridiéndole pleitesía por los siete votos de Junts también escuece en no pocos socialistas. La valoración es ligeramente mejor e idéntica entre los que apoyaron a Yolanda Díaz o a formaciones independentistas, la mitad de los cuales (50%) ven bien el veredicto electoral de hace más de tres meses, pero un nada desdeñable 30% de sus respectivos electorados tampoco está conforme con ellos.

Las urnas de julio no cumplieron las expectativas que la derecha puso en ellas, que pasaban todas por tener los diputados necesarios para «derogar el sanchismo», algo que no ocurrió. Por eso no extraña que sus votantes sean los que más anhelan que se repitan las elecciones generales. Tres de cada cuatro que depositaron la papeleta de Feijóo (74%) ven con malos ojos el resultado de julio y los de Abascal, más todavía (84%). Cabe recordar que Vox perdió hasta 19 de los 52 diputados con los que contaba hasta entonces, mientras que el Partido Popular ganó los comicios tras crecer 48.

El barómetro de GAD3 para este periódico también demuestra una sensación de empeoramiento del contexto político y económico desde que se celebraron las generales. Aquellos que perciben la situación actual como «mala o muy mala» triplican en términos generales a los que la definen como «buena o muy buena», aunque esa brecha se ha estrechado desde su pico máximo, en verano de 2021, a mitad de la pasada legislatura, cuando todavía los efectos de la pandemia se dejaban notar en la sociedad española.

Preguntados por el panorama político en nuestro país, el 56,1% de los españoles lo valora negativamente, una percepción que ha crecido 1,2 puntos desde las elecciones, cuando se truncó la tendencia a la baja de los dos años anteriores. En el extremo contrario, llegan al 16,4% los que creen que esa situación es positiva. Son casi cuatro puntos más que antes de las elecciones, pero en franca minoría con respecto a los que piensan lo contrario.

En medio, un 27% que valora el panorama político como «regular», en la línea del último año. Un poco mejor -para ser más exactos, menos mala- es la opinión sobre la situación económica del país. Para cerca de la mitad (45%) también es «mala o muy mala», si bien esa cifra es la menos pesimista en muchos meses. No en vano, durante la mayor parte del año pasado oscilaba en el 70%. Incluso ha mejorado ligeramente desde las generales, cuando lo hacía por encima del 48%. Los españoles también tienen mejor impresión del escenario económico que del político, aunque con matices significativos. Para el 18,6% es «bueno o muy bueno» y 3,2 puntos mejor que antes de votar la última vez. Sin embargo, ha empeorado cuatro décimas respecto al inicio del verano (19%). Para más de un tercio (36,1%) la economía sólo pinta «regular», una tendencia que sube paulatinamente desde hace más de un año.