'Pasion', la web de prostitución a la que era adicto el acusado

Los investigadores sostienen que el móvil del crimen fue sexual: su vecina lo rechazó y él reaccionó con una respuesta incontrolada. La información obtenida tras el análisis de sus teléfonos junto al perfil elaborado les lleva a esta conclusión.

El acusado lo niega. Asegura que Manoli, de 42 años, se cayó accidentalmente cuando manipulaban entre ambos una cuna en casa de él, la madrugada del 5 de julio de 2016; ella, sostiene, se golpeó y murió. Se asustó, la metió en el maletero de su coche y la enterró en una finca de su propiedad, en una zorrera. Luego calló durante más de cuatro años hasta ser detenido.

Noticia Relacionada

Manuela Chavero: ¿víctima de un accidente o de un sádico sexual?

Cruz Morcillo

La juez prorrogará dos años más la prisión a Eugenio Delgado, al que se juzgará con jurado; se le imputa un homicidio, pero las acusaciones sostienen que hubo agresión sexual

La UCO entregó en junio un informe a la juez de Zafra que instruye el caso con los datos más relevantes del volcado de los catorce teléfonos que se encontraron en los dos registros de la casa del presunto autor. Algunos los había utilizado durante los cuatro años en los que Manuela estuvo desaparecida; otros no proporcionaron ninguna información relevante.

En ese informe, al que ha tenido acceso ABC, los agentes dedican cinco anexos a transcribir los cientos de mensajes mantenidos con mujeres a las que solicitó sus servicios en 2018 y 2019 cuando se seguía buscando a Manuela. A la mayoría las había conocido a través de 'pasion.com'. Es la web que utilizaba con asiduidad, aunque era usuario de otros portales de citas y salas como 'Badoo', 'Fuego de vida', 'chaturbate', 'amateur.tv', 'parejas.net'. o 'encuentros'.

En su aplicación de whatsapp se suceden las conversaciones con prostitutas en las que Delgado se interesa por los servicios que ofrecen y las tarifas. «Es relevante la frecuencia con que mantiene estas conversaciones y el contenido de las mismas», señalan y van intercalando fragmentos a lo largo de las más de cien páginas del documento.

Los investigadores reflejan los contactos que tiene grabados con ese tipo de perfiles. Todos empiezan por la letra A seguida de apelativos como 'divorciada Sevilla', 'embarazada Mérida', 'sumisa Sevilla' o 'madura Sevilla 2x50'. Los hay mucho más ofensivos y explícitos. Otros contactos no están identificados por nombres, pero se aporta el contenido.

Son mensajes en los que, según avanza la conversación (agosto de 2019 por ejemplo, un año antes de que lo detengan) se incrementa «la dureza o violencia de los servicios sexuales que solicita». Su interlocutor se niega a esos servicios y alega que son «brutalidades». Reseñan la diferencia de edad entre Delgado (27 años) y ella (49). Él menciona expresamente que «siente apetencia sexual por las mujeres mayores». Los agentes lo destacan, dado que Manoli tenía 42. Esa predilección aparece en otros chat, en los que se aprecia que esos rangos de edad eran los que buscaba, al menos en las páginas de contactos.

En su declaración judicial, el 20 de noviembre de 2020, tras la que se acordó su ingreso en prisión, el juez, el fiscal y la acusación particular incidieron en esa motivación, que él siempre ha negado.

-Juez: ¿le pidió usted tener relaciones sexuales?

-Delgado: No

-J: ¿Intentó forzarla sexualmente?

-D: No

-Fiscal: ¿Le quitó la ropa para ver a Manuela desnuda?

-Delgado: No

(Antes había dicho que se la quitó para evitar que los bichos pudieran sacarla y se pudiera dar cuenta alguien)

-F: ¿Se planteó en alguna ocasión tener relaciones con Manuela?

-D: No

-F: ¿Es cierto que a lo mejor Manuela le rechazara en alguna ocasión?

-D: No.

Una y otra vez, la respuesta fue la misma. Ni antes ni esa noche lo intentó y explicó que la ropa interior que se halló era de su hermana y las bridas rotas en la habitación donde ocurrieron los hechos las usaba para atar los cables de los aparatos electrónicos.

El informe del volcado telefónico incide en la dureza del contenido de algunos mensajes. En un chat con el marido de una mujer que ofrece sus servicios (según él por la situación económica que atraviesan), Delgado le dice que desde el «respeto mutuo» lo que quiere es «usarla» a ella «como a una puta» a su antojo. A través de una sala de vídeo chat erótico, conoce a una chica venezolana, viuda y con una niña de cuatro años, según le cuenta, con la que mantiene una relación virtual durante meses y la llega a invitar a venirse a España con él. Pese a ello, Delgado vuelve a interesarse por un tipo de prácticas sexuales, en las que en apariencia persigue el sufrimiento físicoo psicológico de la otra persona.

Parte de esas conversaciones se reflejan también en una pericial de la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo, como informó ABC, que les llevan a concluir que el acusado presenta «un trastorno parafílico denominado sadismo sexual». Se basan en imágenes de su teléfono y en estos chat con prostitutas a las que demanda prácticas violentas (tirar del pelo, hablarles de forma obscena y otras mucho más explícitas que ABC omite). A Manuela la desnudó, quemó sus ropas y utilizó un albornoz y una sábana. «La única explicación plausible es que ese comportamiento se realizase con ánimo libidinoso», dicen.

De momento, la juez en su auto de prórroga de prisión del pasado septiembre mantiene la causa como un delito de homicidio consumado, muy por debajo de las expectativas de las acusaciones que sostienen que hubo un delito de asesinato, una agresión sexual, una detención ilegal, lesiones psíquicas y un delito contra la integridad moral.

La defensa de Delgado mantiene que lo que ocurrió aquella madrugada fue un simple accidente y ha aportado una pericial en la que se cuestiona el supuesto sadismo sexual.