Así se tejió la red del espionaje de Franco a «Don Juan III»

Estos «Boletines de Actividades Monárquicas» constituyen la columna vertebral del espionaje del régimen a los partidarios de «Don Juan III» , como se menciona en ellos al aspirante al Trono de España. De cada movimiento monárquico, Franco toma nota, subraya en rojo y da una posterior respuesta, cuando no apunta al margen señales de exclamación o expresiones lacónicas.

La duquesa de Valencia, el general Alfredo Kindelán, Ruiz Alonso, Yanguas, el duque de Alba, Sánchez Herrero o también los partidarios de los tradicionalistas partidarios de [Manuel] Fal Conde son personajes que el dictador estudia con detenimiento. Toda esta información es elaborada por la Falange. En cada portada de los 15 boletines manejados por ABC el yugo y las cinco flechas están presentes. Son números que dan a entender que el espionaje a los monárquicos data prácticamente desde el final de la Guerra Civil .

La Falange también hace llegar al despacho de Francisco Franco en El Pardo «Información e Investigación» exhaustiva de «Actividades Varias» en un boletín similar. El 19 de noviembre de 1948 elabora un exhaustivo informe sobre las primeras elecciones municipales que se iban a celebrar en la España franquista tan solo dos días después: «Tirante situación entre el Gobierno civil y la Diputación Foral de Navarra que se agrava al acercarse las elecciones municipales», «falta de entusiasmo en Santander y su provincia», «malestar general y ambiente favorable a los monárquicos en Bilbao» o «se aconseja a los compromisarios sindicales de la CNS de Zaragoza que se abstengan de votar» son algunos de los apartados que lee con exhaustividad Franco.

Claro está, Falange no es el único nutriente informativo de Franco, quien recibe diaria correspondencia de sus embajadores, ministros, su jefe de la Casa Civil, gobernadores civiles, miembros del Movimiento, etc. La correspondencia le llega a él directamente o a través de sus ministros. Todo está debidamente documentado, sellado, con acuses de recibo... y siempre, en los márgenes o subrayado con el lápiz rojo usado por Franco, a veces también en azul.

Valga como ejemplo la misiva que el ministro de Exteriores , Alberto Martín-Artajo Álvarez, le envía en un sobre en el que se lee «Personal, Reservado y Urgente» (subrayado en rojo lo de personal). Como destinatario: «Excmo. Señor Jefe del Estado, Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire». En ella el ministro da cuenta de un viaje de un amigo por América y las impresiones recogidas en diversos gobiernos sobre el devenir de la situación en España y las actividades monárquicas en esos países.

Cualquier cargo medio del régimen tenía como deber informar a Franco y su Gobierno de los movimientos monárquicos. Otro ejemplo de esta misión, que seguramente tendrían como una de sus prioridades, lo encontramos en una carta, inédita hasta la fecha. Se trata de una misiva del 10 de marzo de 1948 del gobernador civil de Logroño, Alberto Martín Gamero, al ministro de la Gobernación, Blas Pérez González: «Mi distinguido y respetado amigo: Por nuestros servicios de información postal se ha controlado la carta cuya copia le adjunto, que el Comandante de Estado Mayor D. José María Herreros de Tejada, con domicilio en Madrid, Covarrubias num 11, dirige a su padre en esta Capital. Lo hago así por creer que el contenido de esta carta es de interés debe conocer V. E. Con este motivo, le envía un cariñoso saludo y queda a sus órdenes, Alberto Martín Gamero».