Las plantaciones de marihuana «indoor» fijan su jardín en 'chalés' del norte de España

Esto no es impedimento y el negocio ha sabido adaptarse a las circunstancias, pues clientes no faltan. Además de para la venta, de un tiempo a esta parte los grupos criminales empezaron a usar la marihuana de interior para intercambiarla en Países Bajos por otras sustancias como el 'speed', cuya circulación sí destaca en el País Vasco en comparación con otros puntos de la península.

De vuelta en Castro-Urdiales, tras localizar la vivienda y realizar las pesquisas pertinentes, la operación «Elo», llevada a cabo por agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Jefatura Superior de Policía del País Vasco en Bilbao, explotaba con la entrada y registro. En él los agentes hallaban en la planta baja de la vivienda y en el garaje «un sofisticado cultivo interior de marihuana», con las ventanas y puertas al exterior del recinto selladas para evitar que el olor de la plantación fuese percibido.

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El operativo se saldaba con la incautación de 548 plantas además de materiales dedicados al cultivo como ventiladores, extractores, luces y filtros. La Policía detenía a seis personas, españoles y colombianos, como presuntos autores de un delito contra la salud pública, concretamente por tráfico de drogas, así como una defraudación del fluido eléctrico. El grupo, en libertad con cargos después de pasar a disposición judicial, había realizado un enganche ilegal para mantener en funcionamiento la instalación que, tal y como explicaba la Policía Nacional, se ha detectado como «emergente en el norte de España».

Aquí los narcotraficantes se benefician de la «singularidad urbanística» propia de esta parte de la geografía española, donde la presencia de casas aisladas (como el citado chalé) en los alrededores de ciudades dormitorio y grandes centros urbanos como Bilbao, son lugares ideales para burlar las vigilancias e investigaciones policiales. Un modelo de producción que el crimen organizado tiene implantado desde hace años en el territorio, donde se ha ido «profesionalizando» y desarrolla una actividad más silenciosa que en el sur del país. No son habituales enfrentamientos violentos entre distintas organizaciones por dominar el mercado. Un fenómeno que sí se reproduce, por ejemplo, en la costa andaluza.

«Es algo ya viejo. Por el clima que tenemos las plantaciones de exterior no son fructíferas. En zonas del Mediterráneo sí, donde son gigantescas y van vigiladas con seguridad, con gente armada. Aquí se hace en domicilios, naves, fábricas...», comenta una fuente con amplia experiencia en la materia. En lo que va de año ha habido varias operaciones de la Ertzaintza contra este tipo de cultivo en zonas rurales del País Vasco. Las últimas han sido en los municipios de Zalla y Urduliz, también próximos a Bilbao, donde los agentes desarticularon sendas instalaciones clandestinas con capacidad para acoger varios millares de plantas. En Euskadi la práctica no es exclusiva de Vizcaya, también se da en Álava o Guipúzcoa, y tiene un componente esencial.

Se trata del efecto de la frontera administrativa con otras comunidades autónomas como la de Cantabria. La división de la actividad de los delincuentes de forma consciente a ambas partes complica el trabajo de las Fuerzas de Seguridad, puesto que las competencias en esta materia recaen en cuerpos distintos. Pese a que la Policía Nacional sí despliega recursos humanos para la obtención de información sobre el terreno en el País Vasco, los «ojos en la calle» son de ertzainas y policías locales. Y viceversa en el caso cántabro. Así, aunque en el nivel operativo sí se dan buenas relaciones entre agentes, el intercambio de información, clave para las investigaciones, es más complejo al tener que superar los 'muros' que a veces existen entre distintas instituciones.

En lo relativo a las incautaciones de marihuana, las cifras generales se mueven a la baja. Teniendo en cuenta que no diferencia en sus estadísticas entre producción exterior e interior, de acuerdo con el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), el año pasado se aprehendieron 35 kilos (1.160 en el año 2020) y 2.150 plantas (9.950 en 2020) en el País Vasco. Una reducida parte (0,08% y 0,20%, respectivamente) dentro del total nacional, que superó los 42.000 kilos y el millón de plantas de marihuana en 2024.

Además, la comunidad autónoma registró el menor número de detenciones por delitos relacionados con el narcotráfico (64), sólo por delante de las 31 efectuadas en Melilla. «Se incauta una pequeña parte de lo que circula», comenta otra persona con años de experiencia en la lucha contra el narco. Algo que demuestra el hecho de que, por ejemplo, en marzo del año pasado, la Ertzaintza desmantelara en Amurrio (Álava), una instalación pensada y prevista para acoger 11.000 de estos vegetales.

La marihuana, más allá de venderse para el consumo en el País Vasco (una de las regiones de España con mayor prevalencia, según la última encuesta sobre el Alcohol y otras drogas del Ministerio de Sanidad), se utiliza por los grupos criminales como moneda de cambio. Mayormente por sulfato de anfetamina (conocido como 'speed') en otros países de Europa como los Países Bajos, donde se da el canje por kilos de marihuana que aumentan su precio a medida que recorren kilómetros hacia el norte.

La droga se trae en forma líquida, lo que facilita su transporte, para después cocinarse en laboratorios clandestinos que también se establecen en zonas rurales del País Vasco. Enclaves «estratégicos», dado que se trata de zonas aisladas, sin tránsito de personas ajenas, donde es más fácil controlar los accesos y alertar ante la presencia policial. Justo a principios de junio, la Policía Nacional desmanteló uno de estas características en Zeberio (Vizcaya), en una operación junto a la Policía de Colombia que dio como resultado la detención de siete personas y cinco registros donde se intervinieron 450 kilos de 'speed' (una cantidad similar a la que podrían producir semanalmente).

Los datos respaldan esta posición del País Vasco como «punta de lanza» en el manejo y consumo del estimulante. En otros apartados las diferencias entre esta región y otras de España no son significativas, pero el mapa que traza el Citco de esta sustancia es claro. En 2024, el 85% de toda la cantidad de sulfato de anfetamina incautada (1.101 kilos) a nivel nacional se aprehendió aquí, pasando de 8 a 857 kg en sólo un año. La gran mayoría, 842 kilos, incautados en municipios de la provincia de Guipúzcoa.