El hotel Palace renace al detalle con el esplendor de 1912

La fachada del emblemático edificio situado en el Paisaje de la Luz vuelve a lucirse tras más de un año en quirófano

Una lona inspirada en la fuente de Neptuno cubrirá el monumento durante su restauración

La fachada del hotel Palace tras su restauración Jaime García

El Paisaje de la Luz amanece ya sin que andamios y lonas escondan uno de los monumentos más emblemáticos de la capital. Todas las miradas vuelven a la fachada del hotel Palace para ahora descubrir el esplendor con el que Alfonso XIII vio inaugurarse el ... edificio en 1912. Tras año y medio de restauración –enmarcada en la profunda reforma que se está acometiendo en centenario complejo–, se ha recuperado el color y los escondidos ornamentos originales del cinco estrellas situado entre la fuente de Neptuno y el Congreso de los Diputados.

Trabajar en un Bien de Interés Cultural (BIC) con máxima protección en la categoría de monumento ha supuesto para los arquitectos, ingenieros, técnicos implicados, un auténtico reto, pues su objetivo no residía en dejar huella de su trabajo, sino en recuperar la esencia de cómo su equipo original lo pensó en un primer momento. La fachada de más de 8.000 metros cuadrados del imponente edificio comenzó a ser intervenida bajo la dirección Miguel Díaz, de Ruiz Larrea Arquitectura, en abril de 2023. «Nos subimos al andamio y con un bisturí comenzamos a quitar piel sobre piel hasta descubrir esta fachada», detalla Díaz.

Así, el proceso dio sus primeros pasos con un análisis sobre las capas de pintura presentes en esta estructura. Los resultados del laboratorio –donde se habían utilizado microscopios y rayos X para identificar los pigmentos y técnicas usadas a principios del siglo pasado– al que fueron mandadas las muestras revelaban información histórica, remontándose al proyecto original o incluso revelando la época exacta de algunas de las reformas a la que se había sometido el Palace, con la intención de maquillar el desgaste y las patologías que se sufren los edificios con el paso de los años.

Esta revisión permitió que los expertos y trabajadores descubrieran que el hotel no es de color blanco, sino que nació con un acabado beige para las superficies planas, con la intención de replicar la piedra caliza, y un marrón rojizo en los ornamentos, que trataba de imitar la terracota. Esta intervención ha permitido hoy crear el «color Palace», para que pueda ser consultado cada vez que se necesite.

Ubicado en pleno Paisaje de la Luz –que fue nombrado Patrimonio Mundial por la Unesco en 2021–, el edificio comenzó a levantarse por petición de Alfonso XIII. Madrid, a ojos de este rey, debía comenzar a competir con las grandes capitales europeas, y su boda le resultó un auténtico fracaso en términos de hospedaje. Tras 14 meses de obras –y al mismo tiempo que se construía su vecino el hotel Ritz–, se levantó el que sería el hotel más grande de Europa, que además fue pionero en incluir comodidades para esa época como cuartos de baño, así como capacidad para líneas telefónicas. Esto permitió colocar a la ciudad en un buen puesto dentro del sector del lujo hotelero.

Investigación documental

Fueron largos los días en los implicados en el proyecto rebuscaban entre documentos, libros y fotografías de distintas épocas. La consulta de más de cuarenta fuentes y archivos les permitió también trabajar sobre otro de los cambios más drásticos visibles en el hotel Palace: la almohadillado de color gris que, hasta hace unos meses, se podía identificar en la planta baja. Comparando imágenes de distintas épocas, se percataron de que en el proyecto original no se contemplaba este elemento y que se trataba de un añadido posterior. Con la intención de devolver la esencia inicial con la que nació el edificio, se tomó la decisión de eliminarlo.

Elementos recuperados del emblemático hotel madrileño La marquesina de la puerta principal y distintos ornamentos recuperados tras los trabajos de restauración Jaime García

Ahora, bajar hacia la fuente de Neptuno desde la pendiente de la plaza de la Cortes se sentirá algo distinto pues un detalle clave de la entrada principal del Palace también ha cambiado. El proyecto ha recuperado la marquesina original de la entrada principal –en estos momentos cerrada, aunque el servicio siga operando–, dejando atrás el «estilo hollywoodiense de los años 40 y 50» que desprendía la anterior.

La restauración ha permitido descubrir que el color de la superficie del edificio era beige; y el de los ornamentos, marrón rojizo

Esta modificación también la ha propiciado la amplia investigación documental detrás de este proyecto de restauración. En este caso, fueron imágenes de la Guerra Civil, de las trincheras y barricadas de la zona, las que dieron pistas a los responsables de estos trabajos para poder recuperar la estructura original de la bienvenida al primer hotel de lujo más grande de Europa.

Este mismo cambio ha permitido, además, devolver a la vida a Baco, el dios del vino y la juerga en la mitología romana, que estaba tapado. Lo que no solo facilita a huéspedes y viandantes apreciar este elemento, sino también la insignia dorada que representa las siglas del hotel.

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Eso sí, todas y cada una de las acciones tomadas en este edificio protegido han sido miradas con lupa. «Presentamos el proyecto al Ayuntamiento de Madrid, pasó a la comisión de Patrimonio y, al tratarse de un BIC, cualquier actuación ha sido revisada por esta comisión», detalla Miguel Díaz. Así, en el momento en el que empiezan a salir a la luz descubrimientos, enseguida acudieron a las autoridades para comunicárselo.

«No ha sido un proyecto fácil porque una decisión tomada no valía en el siguiente metro. La fachada se comporta de manera diferente en cada una de sus caras y en cada una de sus alturas», explica el director del proyecto. Tampoco hay que olvidar que el entorno del hotel, afectado por el tráfico del Paseo del Prado y la exposición a las inclemencias del tiempo, también había dejado su huella en la estructura. Todas estas situaciones actuaron como una goma de borrar en los ornamentos que, hasta ahora, pasaban desapercibidos.

Expertos especializados

El trabajo de cerrajeros y escayolistas, entre otros expertos especializados, en áreas clave como las ménsulas o las balaustras, consiguieron recuperar los detalles del edificio. «Comenzaron a aparecer elementos de vegetación, manzanas, granadas, uvas, hojas de acanto... Muchos de ellos totalmente tapados por las capas de pintura», detalla Miguel Díaz.

Los trabajos en la fachada de este emblema madrileño forman parte de un proceso de transformación total de todo el complejo, desde habitaciones hasta espacios comunes. Una vez culminen las obras el hotel pasará a llamarse The Palace, a Luxury Collection Hotel,–ahora se conoce como The Westin Palace– reincorporándose a la cartera de hoteles de la marca The Luxury Collection, perteneciente a Marriott International.

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