El 'ecce homo' del Retiro, el castillo restaurado que será Museo de la Meteorología

Las redes arden con el aspecto actual del castillo, cuya rehabilitación se considera poco lograda en opinión de algunos expertos en conservación de patrimonio. Que recuerdan, además, la importancia de cuidar cada detalle en un espacio como el Retiro, que es parte del Paisaje de la Luz, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.

El castillo meteorológico fue construido entre mayo y noviembre de 1850 para servir como torre telegráfica. Según la investigación llevada a cabo por Antonio Cabañas, observador meteorológico de la Aemet, el castillo no fue nunca uno de los 'caprichos' que mandó construir Fernando VII en el 'Reservado' del Retiro, sino que se trata de un edificio levantado junto a la 'bañera de la elefanta'. Se hizo ante la necesidad de mejorar la visibilidad entre la principal cabecera de las líneas telegráficas, situada en la Real Casa de Correos y la primera estación de la línea del Este, que estaba en el Cerro Almodóvar.

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Entonces, se eligió este emplazamiento, en la cota 667, y la Dirección General de Telégrafos pidió a la Reina Isabel II el permiso para construir una torre telegráfica en El Retiro. La Casa Real puso una condición: la edificación tenía que ser «digna para el caso de que Su Majestad y su augusta familia la honre con su presencia». El mismo estudio señala que el castillo fue iniciativa del jefe de las líneas de telegrafía óptica nacionales, José María Mathé. Su vida práctica fue corta, ya que la telegrafía eléctrica se impuso a la óptica.

En 1887 se aprueba la creación del Instituto Central Meteorológico, y su primer director, Augusto Teodoro Arcimis, busca emplazamiento para el mismo y se decide por el castillo del Retiro. Solicita, a través del Ministerio de Fomento, que el Ayuntamiento se lo ceda, y lo consigue. Cuando en 1962 se traslada el Instituto Meteorológico –ya bajo otro nombre– a la Ciudad Universitaria, las instalaciones del Retiro pasan a ser Centro Meteorológico Regional del Tajo, y en 1977 se le rebautiza como Centro Meteorológico Territorial de Madrid y Castilla la Mancha. Ante el riesgo de derrumbe, fue evacuado su personal y cerrado.

Los años no le favorecieron, hasta que alguien pensó que mantener cerrado y sin uso ese emplazamiento, en el interior del parque de El Retiro, era un lujo imperdonable. Y nació la idea de rehabilitarlo y convertirlo en la sede del nuevo Museo Meteorológico.

Al tratarse de un jardín histórico declarado Bien de Interés Cultural, el proyecto de reforma tuvo que pasar por la comisión de patrimonio antes de ponerse en marcha. Y lo hizo en varias ocasiones, entre ellas, el 27 de octubre de 2017. El acta de esa reunión aprueba la creación de una planta más en el edificio para hacer el mirador: «Se informa favorablemente» de este «mirador acristalado» y también de la «reestructuración y acondicionamiento interior para adecuar el edificio al uso de museo al que se destina». Además, se recoge la recuperación de «la almenara superior e inferior de fachada», y la «sustitución de revoco de mortero de cemento por uno tradicional de mortero de cal grasa coloreado en masa con árido polvo de mármol».

El acta también establece varias prescripciones: «No se admite la elevación de los dos torreones existentes para albergar el ascensor y la escalera original». Y «no se admiten acabados en cobre en la fachada», ni «ubicar en el torreón la instalación que asemeja al antiguo telégrafo óptico ya que esta instalación no es original del edificio». Por último, se rechaza «el rótulo vertical propuesto en uno de los cilindros».

Fuentes oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), responsable actual del castillo, explican a ABC que la rehabilitación «se está realizando bajo proyecto de CSD3 Arquitectos», un estudio de arquitectura con otras intervenciones destacadas en patrimonio histórico. Este proyecto, añaden, «se desarrolló dentro del marco normativo del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid».

Continúan su explicación señalando que «para poder acometer las obras de remodelación, se tramitó una modificación puntual del PGOU» que permitiera «adecuar el edificio al uso museístico y didáctico previsto para él». Y concluyen afirmando que «la Comisión de Protección del Patrimonio Histórico-Artístico y Natural de la Ciudad de Madrid (CPPHAN), en la sesión de fecha 18 de mayo de 2018, informó favorablemente la propuesta de las obras y con fecha 18 de noviembre de 2019, el Ayuntamiento de Madrid concedió licencia urbanística». Desde la Aemet cuentan con que las obras de rehabilitación estén terminadas a fin de septiembre.

Pero la rehabilitación no está recibiendo precisamente aplausos: son muchas las voces críticas con la misma, y las redes sociales han ardido con comentarios ácidos sobre el parecido del edificio restaurado con 'el Exin Castillos'. El experto Álvaro Bonet, de la asociación conservacionista Madrid Ciudadanía y Patrimonio, considera que «es positivo que la Administración se plantee restaurar con la idea de recuperar, que se ve que es la intención en este caso, cuando se demolieron varios añadidos y se han recuperado las ventanas originales. Pero el resultado no es de una restauración como tal, y el aspecto dista mucho del original». Lo que menos le gusta es que «han dejado un cuerpo añadido y han aumentado esa azotea que parece una terraza cutre».

Respecto a si parece un Exin castillos, cree que se debe «en parte a la distancia real que hay entre lo que han hecho y lo que fue en realidad. Siempre fue un castillo de aspecto de juguete», recuerda.

A su juicio, el problema viene «cuando se impone un uso por encima de lo que sería la restauración como tal. Si la superficie útil no es suficiente para lo que pretendían, igual habría valido la pena estudiar no implantar ese uso, o buscar una alternativa viable».

Bonet muestra su preocupación porque «el Retiro ahora es Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Cultural, y debería hacerse todo con mucho más cuidado y con vistas a potenciar sus valores históricos, culturales y paisajísticos». Por eso lamenta «esta obra, pues vino con buenas intenciones y el resultado es francamente mejorable»: «Nos ha decepcionado que sea otra ocasión perdida».

No menos crítico se muestra el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), Sigfrido Herráez, que fue además concejal en el Ayuntamiento de Madrid entre 1991 y 2005: «Sin ser nada del otro mundo, el castillo tenía su gracia; ahora lo han estropeado más. Como concejal de Retiro, recuerdo que la gente entraba y lo miraba». Le chirría especialmente la parte superior, ese mirador acristalado que «parece un observatorio». Le consta que a las altas instancias municipales tampoco les gusta: dicen que parece un castillo de Disney.

Dado que el inmueble forma parte del Paisaje de la Luz, Patrimonio Mundial según la Unesco, aconseja extremar el cuidado en cada actuación. Y desde su posición como decano de los arquitectos, se plantea ejecutar una consulta a la Dirección General de Urbanismo para «comprobar si lo que se ha hecho se adecua a lo que se presentó a la comisión de patrimonio». Hace un llamamiento a las instituciones y ministerios: «Que tengan cuidado con su presencia en las ciudades. La imagen de la Aemet ahora es esa, y a nadie le gusta, a ningún compañero, es demencial». Y señala: «Aquí alguien ha creído que sabía de esto, y ha salido algo como lo del 'ecce homo' de Borja».

Por contra, destaca otras actitudes desde la administración, como «la de Segipsa», dependiente del Ministerio de Hacienda, que les llama para proponerles hacer «dos concursos de arquitectura en dos edificios que tienen en la Castellana»: «Es muy interesante que quieran tener una sede con el valor que da un concurso de arquitectura».

Desde la Aemet no quieren entrar en la polémica: «No nos corresponde valorar los comentarios de los usuarios en redes sociales».