Guerra vecinal por un patio escolar dedicado al negocio del pádel en Carabanchel

No hay estadio a la vista, pero sí un colegio, el Salesianos de Carabanchel, situado en la Ronda de Don Bosco, que ha encontrado en el alquiler de sus pistas deportivas todo un negocio. Las obras de estas instalaciones –que cuentan con tres pistas de pádel cubiertas, dos pistas de tenis, tres de baloncesto y otras tres de fútbol sala– comenzaron hace más de diez años. Lo que los vecinos no esperaban es que la actividad recreativa, destinada principalmente –«o eso creíamos»– a sus alumnos, se extendería a todos los públicos, «seas o no seas socio del CDYC Salesianos Carabanchel».

Allí, como su propia página indica, se realizan torneos y competiciones para todas las edades. Y hasta cuentan, desde agosto de 2023, con una escuela de tenis: Challenge Tennis Academy. Se trata de una idea de negocio –las pistas se pueden alquilar a través de la plataforma Playtomic por 21,84 euros durante una hora y media– que ha puesto en pie de guerra a los residentes de la calle Eugenia de Montijo por el escándalo y el bullicio que provocan «ininterrumpidamente» los jugadores, desde las 9.00 a las 23.00 horas de lunes a viernes y desde las 9.30 a las 14.00 horas los sábados y domingos: «Hablamos de un problema importante de ruido y contaminación lumínica. Se están incumpliendo las normativas medioambientales».

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Enia Gómez

Ya entonces, cuando comenzaron a construir las primeras pistas, los vecinos trasladaron sus quejas al colegio a través de un comunicado al observar que estas se estaban levantando muy próximas a las casas colindantes. No fue hasta junio de 2021 que el Ayuntamiento de Madrid comprobó los niveles sonoros realizando mediciones durante, aproximadamente, una hora en una de las viviendas afectadas.

En aquella ocasión se registró una medición que llegó a alcanzar los 69 decibelios, muy por encima de los límites municipales reflejados en la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica, siendo 55 decibelios el máximo por legislación. Al estar por encima de los siete decibelios en periodo nocturno y diez en periodo diurno y vespertino, se entiende, a efectos legislativos, que constituye una «situación de riesgo grave», por lo que el centro podría ser sancionado con una multa de hasta 300.000 euros y provocar «la clausura definitiva, total o parcial, de sus instalaciones».

Los afectados aseguran que se trata de «una actividad ilegal sin licencia y contaminante». Ya en julio de 2024, el Ayuntamiento de Madrid ordenó el cese de las pistas de pádel del Colegio Salesiano San Juan Bautista –Salesianos de Estrecho– al no poseer ningún título o instrumento jurídico habilitante para ello. La concejala de Más Madrid Esther Gómez explicó entonces que se trataban de pistas ilegales, ya que ni siquiera el colegio contaba con la autorización apropiada para la construcción de las mismas. «La orden de cese se va a cumplir, y si no el ayuntamiento dictará el precinto de la actividad», expresó tajante el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante.

Sólo en el mes de abril del pasado año los vecinos de Estrecho tramitaron hasta quince denuncias exigiendo la paralización de dos nuevas pistas. «No pueden hacer negocio a costa de nuestra salud», denunciaban con informes peritados en mano. Una de aquellas mediciones se realizó el 21 de diciembre de 2023 desde el dormitorio de una vivienda afectada en el momento en el que se estaban impartiendo clases monitorizadas de pádel. Los resultados obtenidos alegaron que «se superaba los límites de inmisión sonora diurnos establecidos para áreas residenciales».

Aun con esto, fuentes municipales indican a este periódico que «todas las mediciones realizadas, tanto en Tetuán como en Carabanchel, cumplen con la ordenanza». No entran en detalles sobre los permisos de uso del centro para poder alquilar estas instalaciones a personas ajenas a la comunidad educativa. Alberto señala que cuando han solicitado al distrito estas mismas licencias, «sólo nos dan largas». «A la concejala le aseguraron que los Salesianos de Carabanchel disponen de una licencia para uso escolar. Pero eso no significa que tengan el permiso adecuado para alquilarlas».

Desde el grupo municipal de Más Madrid temen que se estén cometiendo en Carabanchel las mismas irregularidades que en Tetuán, «que el colegio se esté lucrando económicamente de una actividad sin autorización». Esther Gómez asegura que llevan meses tras Cibeles para que les faciliten una copia del título jurídico que debería tener el centro para poder utilizar las pistas, del expediente de licencia inicial, así como del permiso para alquilarlas a terceros: «No entendemos por qué el ayuntamiento está tardando tanto en respondernos».

El centro asegura a este diario que sus instalaciones cumplen con todos los aspectos legales oportunos, «algo que la propia Junta de Distrito ha comunicado a los vecinos». Apuntan que han presentado toda la documentación solicitada y que el departamento de Medio Ambiente ha realizado todas las mediciones acústicas requeridas. «Desde el centro hemos atendido a todos los requisitos legales. También desde Urbanismo se nos han solicitado las licencias de las pistas. Todo está en regla, cumplimos estrictamente la ordenanza municipal del límite horario de la actividad».

Alberto explica que, salvo la medición de los niveles de emisores acústicos de 2021, el resto que ha realizado el Consistorio –de niveles sonoros ambientales– son inadecuadas. Desde la consultoría acústica Acusticalia recuerdan que las apropiadas son las primeras –«viene especificado en la ordenanza municipal»–, puesto que en las ambientales no se discriminan las diferentes fuentes de ruido, sino que se consideran en conjunto.

«La última vez que acudió el personal técnico del servicio de inspección del ayuntamiento, el 4 de junio de 2024, para realizar un estudio de los niveles de ruido, nos dijeron que este tipo de mediciones no nos iban a servir para nada. Esto a las cinco de la mañana es un paraíso, no hay ruido. La media salió perfecta. Desde entonces, es la única respuesta que recibimos, 'las mediciones están correctas'. Pero es que no son las apropiadas. Nosotros necesitamos, de nuevo, una medición de los niveles de emisión acústicos», señala el afectado.

Es por ello que los vecinos cuentan con informes técnicos, realizados por ingenieros colegiados, que reflejan que la actividad está incumpliendo con la ordenanza municipal. «Nosotros las hacemos, de vez en cuando, con una aplicación de teléfono. Y muchas han estado por encima de los 70 decibelios. Pero no son aparatos homologados, así que no nos las aceptan.

Anna cuenta que la situación empeora en verano, cuando ni siquiera abrir las ventanas pueden. Ella, además, teletrabaja, y asegura que estar constantemente escuchando el repiqueteo de las pelotas contra las raquetas «es insoportable». Apuntan que, en alguna ocasión, han tenido problemas de goteras en su dormitorio, puesto que «las pelotas se quedan encajadas».

Alberto apaga la luz y su casa es deslumbrada por los enormes focos del complejo deportivo: «A veces he tenido que llamar a la Policía porque, a la una de la mañana, estos seguían encendidos. No hace falta que esto sea el Bernabéu». Recuerda que en la última reunión con el distrito, hace apenas un par de meses, les prometieron colocar unas lonas y buscar soluciones para insonorizar las pistas, pero «seguimos esperando».